¿Alguna vez has sentido que haces cosas que no deseas? ¿Cosas que "tienes que" hacer por los demás aunque no te apetezcan? ¿Sientes que tienes que tragar porque así te lo dicen desde fuera?
No eres la única a la que le pasa. En numerosas ocasiones he huido. Aunque lo haya negado siempre. En vez de pronunciar claro un monosílabo que podría salir con un suspiro "¡NO!"
"Yo no huyo de nada. No huyo de nada."
Hace poco me he dado cuenta de que esto no es del todo verdad. Porque sí que lo hago, huyo de afrontar situaciones con madurez. Con asertividad. Huyo del saber decir NO, del saber decir ¡HASTA AQUÍ! Sin sentirme culpable. Por eso he "tenido que" salir innumerables veces por la puerta de atrás sin despedirme, en lugar de hacerlo de frente, sin agachar la cabeza, con dignidad, los hombros derechos y respirando tranquila.
A veces nos comportamos como delincuentes. Así tal como te lo digo. Con la vergüenza. Como dice mi madre "¡Vergüenza es robar!" Y razón no le falta. Sin embargo no paramos de sentir ese miedo al ridículo que nos paraliza. El miedo a hacer daño a los que más queremos e incluso a los que no queremos tanto, que nos lleva a hacer cosas que en el fondo detestamos. Para sentirnos en cierta manera "estafados" "robados" y consecuentemente estresados y angustiados.
Si alguna vez te has sentido así, me gustaría mucho ayudarte. A encontrar tu luz, a sentirte bien contigo misma, a librarte de la culpa por permitirte quererte. Porque en el fondo nadie te va a querer como puedes llegar a quererte a ti misma.
Te espero en mi programa Reconecta con tu cuerpo. Conecta con el mundo. Empezamos el 14 de noviembre. Es un proyecto en el que he puesto mucho cariño y te aseguro que te cambiará la perspectiva desde la que ves las cosas.
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