21 feb 2017

Porque hoy es martes

Hoy no tenía pensado sacar el alma a pasear y lo tengo bailando contento y triste en el salón. Va de árbol en árbol. Se transporta sin necesidad de entrar en un avión. De aquí para allá. Salta de un país a otro. De un continente a otro. De una montaña a otra. No se siente cansado. Hoy era un martes de rigurosa agenda, pero me han distraído. ME HE distraído. No me acostumbro a responsabilizarme de mis actos, de mis decisiones. No me acostumbro a controlar "este sentimiento". El que doy por muerto y descubro que estaba sólo perdido, porque me encuentra cada vez, EVERY SINGLE TIME.

Hoy era y es martes. Día de producir. Tendría que ser un día lineal. Día de batalla. Y me asalta sin piedad la ternura que trae de su mano la poesía. Con urgencia me obligan siempre a escribir, porque sacar un grito por la ventana no es cívico y correr a la montaña es de cobardes. O eso dicen los hombres racionales de los que estoy rodeada.

Hoy era y es martes. Día de sobrevivir. No de sentir la vida con todas sus letras y todos sus colores.

Hoy es martes. Y no es día de campo sino de ciudad.

Hoy es martes y no puedo seguir perdiéndome por el camino. Por mi camino. Vuelvo a traer el alma y lo empujo hacia dentro de mi pecho con las canciones y las poesías que me enviaste. Y le cierro bien cerrada la cremallera al caos. Que hoy es día de producir.

Hoy es martes y está prohibido sentir. Y mucho más soñar.

Cuando la lágrima llegue a mi boca me la tragaré y seguiré con el pecho cerrado negándome el cuerpo. Porque hoy es martes.


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