Sigo un blog feminista de una italiana que, la verdad, me gusta mucho pero cuando se trata de abordar la maternidad no me siento para nada identificada con ella. Porque a veces parece que los niños sean el enemigo de la mujer. Un estorbo total. Un impedimento para crecer. Yo no lo veo así, porque a mí lo que más me ha hecho y me hace crecer es precisamente mi hija. Es la maternidad. Lo que me ha convertido en feminista consciente ha sido ser madre en general y de una niña en particular.
El otro día
publicó unas fotos acompañadas de unas palabras que me chirriaron bastante y yo
respondí. No podía no hacerlo. Mi intención no es la de polemizar, es la de,
quizás sembrar una semilla que algún día florezca. Desde luego la llevo clara, porque su publicación tuvo más de 330 "mi piace".
En estas fotos se
veía a una madre llevando a un bebé en una mochila no ergonómica y a
un padre dándole el biberón a otro bebé. El texto que las acompañaba decía que
es interesante ver como en otros países, continentes, se entiende que el género es una construcción cultural y social y que no sólo la mujer debería asumir el papel de cuidadoras. Bien. Sacadas de contexto no están tan mal estas palabras, y dejemos a un lado que la mochila sea ergonómica o no, ahí puedo hacer la vista más gorda. Ya abordaremos estos temas en futuras entradas. Pero que se enseñe a un papá dándole el biberón a un niño no me gusta, sobre todo cuando van acompañadas de ese texto.Os explico por que:
Cultural y social es no permitir que un niño mame de la teta de su madre. Que ambos sean juzgados (o simplemente opinados) por el acto en sí. Cultural, social y muy moderno, claro. Pero es que un niño, en cualquier parte del mundo, nacido hoy espera lo mismo que un niño nacido hace 2 millones de años. Porque seguramente vivimos en la era del “progreso” (lo siento pero no consigo no poner el entrecomillado cuando escribo “progreso”, como cuando escribo “primer mundo”) pero ese niño ¿qué sabe del progreso?
Hay cosas que no tienen nada que ver con la sociedad, con la cultura. No podemos ignorar nuestra biología, aunque pretendamos dominarla (un ejemplo al azar: la píldora anticonceptiva). Y sí, está claro, las mujeres tendremos que trabajar, entre otras cosas, como venimos haciendo siempre. Tendremos que tener una vida social y mil cosas más.
La naturaleza no es nuestra enemiga. Pero muchas mujeres lo viven así. Menstruar no es una maldición. Tener hijos tampoco lo es. El problema es que todo eso no encaja en el mundo artificial que hemos construido. O lo encajamos con calzador.
Negamos nuestra naturaleza y sobre todo la sufrimos y la maldecimos porque no podemos vivirla intensamente. Y como en realidad nos dicta nuestro (¿desoído? ¿anulado?) cuerpo.
Mi respuesta pasional e impulsiva en el italiano macarrónico que sé escribir fue ésta:
"Pero somos bilógicamente distintos. Somos nosotras, las mujeres, las que tenemos las tetas, y eso es lo que se esperan nuestros hijos al nacer. El contacto con nosotras. El Continuum con el cuerpo que los gestó. Ellos, los padres, pueden hacer otras cosas, pero no se combate el machismo alejando a nuestros hijos de sus necesidades básicas. Ellos, los padres, pueden dedicarse a otras funciones como hacernos masajes, hacer la compra, limpiar, darnos mimitos, etc. Así, quizás, nosotras vivamos esta fase con más serenidad. Dicho esto, hay que tener cuidado con dejarse engañar por la publicidad. Hoy mismo he leído que Nestlé invierte en ella más del presupuesto general de la OMS. "
La respuesta de una lectora a ese comentario: "bi-be-rón! Así que qué pintan las tetas aquí?!
Me lo tomé como una invitación a seguir, y yo disfruté de mi momento:
"Que no es lo que se espera un niño que acaba de nacer. Que quizás la mujer quiera lactar porque está en su fisiología. Y porque le reporta placer hacerlo.
Tiene que ser una cosa placentera, ojo, no digo que haya que vivirlo con agobio, aunque quizás lo hacemos así por la desinformación que hay. Por la desconexión que vivimos con el cuerpo. Porque hay mil exigencias que en realidad pueden esperar, o simplemente ser eliminadas. No necesitamos más publicidad de leche artifical, la tenemos en todas partes. De hecho existe un código internacional que la regula. La lactancia artificial debería ser una opción secundaria, como a quien le falta una pierna y se tiene que poner una ortopédica (este argumento de la pierna ortopédica, tan genial, no es mío, lo leí por la red hace unos meses y me parece muy acertado)"
Respuesta número 2: "El problema a menudo es que muchas mujeres viven muy mal la no posibilidad de dar el pecho o al menos la imposibilidad de hacerlo de forma exclusiva de forma prolongada. O la elección de, simplemente, no hacerlo. ¿La publicidad de la leche artificial es dañina? Claro, por varios motivos. Pero también lo es culpabilizar a las mujeres que deben o quieren hacer uso de ella (La lactancia artificial)."
Yo continué así: "Está claro. Y no seré yo quien juzgue a ninguna. Faltaría más. Yo soy pro - mujer. Pero soy también pro - niño. Y pro - información. Algo que hace mucha falta. Todo deja huella en nuestro cuerpo. No te digo la publicidad. Todos somos víctimas. Si una mujer bien informada y con conciencia decide no lactar, yo no diré nada. No diré nada tampoco si no está informada y de todos modos no lo hace. No seré yo la que la intente convencer de lo contrario. Yo no juzgo a las mujeres. Juzgo al sistema. Y si una mujer (las cifras oficiales hablan de un 5%, es decir, sólo un 5% de la mujeres de todo el mundo tendrían problemas de producción de leche) no tiene leche encontrará la forma de nutrir a su hijo. Vivimos en la sociedad de la superproducción y la obesidad. No se le va a morir de hambre. Está claro. La pregunta es: ¿Si sólo un 5% de las mujeres del mundo no puede producir leche, como es posible que menos del 40% de media mundial llegue a los seis meses de Lactancia Materna exclusiva?"
La del biberón respondió: "Passo" y yo me callé. Dejé la partida.
Un rato.
No podía quedarme sin añadir algo más y al menos hacerla(/s) pensar: "Que como yo digo, se acepta que las mujeres tengamos útero, vientre y gestemos niños, demos a luz y esas cosas. ¡Pero las tetas! ¡Las tetas no! Por lo demás me parece que las tetas no fueron creadas para enseñarlas en Tele 5 sino para usarlas con nuestros hijos. Porque somos mamíferos y por eso la hembra del ser humano tiene mamas. Pero vale, vale, ya si eso otro día hablamos de exterogestación".
Tuve sólo 10 "mi piace" y esos son pocos teniendo en cuenta la cantidad de personas que siguen su página. Pero no me importa. No busco la aprobación de los demás. Como he dicho más arriba busco plantar una semillita. Que la gente intente pensar. Dar voz de alguna manera a los adultos del mañana, es decir, los bebés y los niños de hoy. Porque me parece muy triste que estemos tan desconectados de nosotros mismos. Tan robotizados. Por lo demás, es normal en este mundo artificial y de maquinaria. En este mundo de producción, criar, en vez de educar o adoctrinar, está mal visto, no es productivo, pobres mujeres y pobres niños. Pobres familias que quieren hacerlo de forma distinta. De forma respetuosa. Acorde con los biorritmos marcados por la naturaleza, esos que frecuentemente no sabemos leer.
Las guarderías no son la solución.
Los biberones no son la solución.
La leche de fórmula o que la madre se reincorpore rápido al trabajo no son la solución.
Sobre todo no para madres que desean disfrutar de sus hijos, que desean pasar más tiempo con ellos. Algo totalmente natural.
La solución es tener más ayuda.
La solución es tener alternativa. Alternativas.
Y comprensión y amor.
Al mundo le falta ternura. Le falta cooperación, le sobra competición. Le falta humanidad e instinto mamífero. El resto son tiritas no resistentes ni al agua ni a nada.
Los biberones no son la solución.
La leche de fórmula o que la madre se reincorpore rápido al trabajo no son la solución.
Sobre todo no para madres que desean disfrutar de sus hijos, que desean pasar más tiempo con ellos. Algo totalmente natural.
La solución es tener más ayuda.
La solución es tener alternativa. Alternativas.
Y comprensión y amor.
Al mundo le falta ternura. Le falta cooperación, le sobra competición. Le falta humanidad e instinto mamífero. El resto son tiritas no resistentes ni al agua ni a nada.
Desde luego... qué impotencia siente una cuando lee a gente así, verdad? Yo espero que poco a poco la información vaya llegando a todo el mundo y nuestro instinto vaya despertandose en todos aquellos y aquellas que lo tienen dormido a causa de la desinformación, la publicidad, etc... para ti mil "mi piace"!
ResponderEliminar:D Grazie mille, bella! Y sí, tú lo has dicho que la información llegue y así se despierte el instinto dormido...
EliminarAna , es verdad estamos desconectados de nuestro cuerpo y de nosotros mismos , no nos conocemos , solo somos hijos de una sociedad que nos marca un camino y no nos deja conocernos y ser nosotros mismos , lo mismo que hacemos al criar a nuestros pequeños , seguimos ese patrón
ResponderEliminarBonitas, tristes y llenas de verdad tus palabras, Nuria. Este sistema está tan bien montado que cuesta muchísimo ver lo realmente importante...
EliminarGran verdad todo. Para mí, el último párrafo es el mejor. Gracias por escribirlo.
EliminarDesconexión total de nuestro lado animal. Donde lo que prima es el individualismo y no la colaboración.
ResponderEliminarDonde todo nos estorba si no es para nuestro propio beneficio. Donde el amor no tiene cavida porque nos da miedo exponernos.
Así es, Solete! Esa es la frase que más digo yo últimamente: Desconexión con nuestra biología.. Un abrazo
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