De nuevo he vuelto a abrir el hola. Esta vez con la esperanza de ver corregida la noticia sobre la estadía de Pilar Rubio en Francia. Deseando encontrarme el error arreglado, algo así no habría estado mal: "Lamentamos el desacierto cuando ayer dijimos que Pilar Rubio se había instalado en Francia con su hijo mayor, en realidad queríamos decir con sus dos hijos. Perdonen las molestias. Ya hemos degradado al becario que escribió la noticia y que, desde esta misma mañana, se ocupa exclusivamente de preparar el café en la redacción." Pero no, no he encontrado nada parecido. Seguía la misma noticia mustia que me provocó la entrada de ayer. Y he pasado de largo, no he querido volver a abrirla.
Sin embargo, y para añadir mayor malestar a lo leído ayer, he visto una noticia nueva. Otra vez la compañera de un futbolista, en este caso Malena Costa, que está embarazada y a punto de parir. De hecho la noticia decía que ya estaba todo listo para el parto. Hablaba de lo que llevaba en la bolsa que había preparado para el hospital y citaba el nombre del médico, no partera, no comadre, médico, que la atendería, al parecer el mismo que atendió a la reina Letizia en sus dos alumbramientos. Y ahí se me ha cogido un pellizco en la boca del estómago y he sentido un poco de compasión por esa mujer que salía monísima en todas las fotos de la revista tocándose la barriga. La que fuera doña Letizia tuvo dos cesáreas en la Clínica Ruber de Madrid, capitana nacional en número de cesáreas.
Quiero compartir este trozo de noticia que he encontrado en la edición de Hola de 2007 tras el nacimiento de la benjamina de los reyes, la infanta Sofía:
"Aunque todo apuntaba a que sería una segunda cesárea, doña Letizia no quiso darse por vencida hasta el último momento para lo que se había vuelto a preparar a fondo: un parto natural. Finalmente no pudo ser y, ahora, lo más importante es que tanto la madre como la hija se encuentran muy bien.
Como en su anterior alumbramiento, la Princesa de Asturias afrontará positivamente la cirugía abdominal sobrellevando como tantas otras mujeres en su lugar las emociones contradictorias que puede dejar tras de sí una cesárea: de la alegría de haber sido madre, a la tristeza de no haber podido dar a luz en el sentido bíblico.
Doña Letizia sabe que la importancia de convertirse en madre no depende del modo en el que un bebé llega al mundo sino del vínculo que se establece desde el mismo momento del nacimiento entre la madre y en este caso, su segunda hija, Sofía. Una nueva Infanta a la que amamantará molestando lo menos posible a las enfermeras quienes respetarán sus deseos de no llevársela al nido para dejarla cerca de ella, en su cuna, como sucedió con Leonor."
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Podría ponerme muy pesada, como hago siempre, y analizar cada palabra de este texto. Pero diré simplemente que me alegro de que en su día la reina actual haya tenido esperanza en un parto natural. Me alegra sentir que la persona que en su día escribió esta noticia no dude que sea mejor tener un parto natural que una cesárea. Y ya de carrerilla diría que la última frase no me gusta tanto, por lo que refleja sobre nuestra sociedad. ¿Llevársela al nido? ¿Perdón? Menos mal que era la futura (presente) reina de España y al menos podía elegir esto. Pobres de las que no somos tan vip. Me consta que en España los nidos se usan cada vez menos, pero a mí la palabra me desagrada mucho , porque en Italia, donde nació mi hija, está, por desgracia, muy normalizado aún.
Después de recuperar esta noticia he estado leyendo algunos comentarios de un hilo del foro de "en femenino" de poco después del parto donde una mujer preguntaba por qué doña Letizia había tenido dos partos por cesárea. En las respuestas se lee de todo. Corría el 2007 y parece que hace 9 años este tema levantaba las mismas pasiones que levanta ahora. Hace 9 años yo no tenía ni idea de que iba todo esto y no me planteaba que una cesárea fuera más o menos peligroso que un parto vaginal. Pero con lo que sé hoy, con la experiencia de huella indeleble en mi piel y en mis entrañas no puedo evitar que ciertas opiniones me muevan algo dentro. Las que justifican a los médicos por practicar tantas "innecesáreas" diciendo que es que la reina es excesivamente delgada, de nuevo el físico, y las que no son excesivamente delgadas ¿tienen mas partos vaginales? Tendré que buscar estadísticas. Que no dilataba bien, que era una cesárea programada por ella, etcétera. No debe ser fácil ser un personaje de prensa rosa y encontrarte con todos estos comentarios, por mucho que tengas el enorme privilegio de tener a tu hijo contigo en la habitación después de haberlo parido...
Y a mí se me parte el alma, porque Milena me recuerda tanto a mí, cuando estaba embarazada, me recuerda a mí en lo cándida, en lo organizado de la bolsa, como si lo más importante para un recién nacido tuviera que estar ahí dentro. Me recordaba a mí en la fe que tenía en mi ginecóloga, no partera, no comadre, médico.
Espero y deseo de corazón que Malena Costa tenga el parto que ella sueña, sobre todo, que cuando eche la vista atrás, después de haber leído y conectado con su propia esencia y la de su hija, esté lo más satisfecha posible con sus decisiones y con la actuación del personal sanitario que la atendió.
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