¡Re-conecta ahora!


 ¿Desde que eres mamá te persigue la culpa? 
¿Sientes que no consigues llevar las riendas de tus emociones? 
¿Tienes la sensación de que no conectas con tus hijos?
¿Te parece que al conectar con ellos te olvidas de ti misma?
¿Quieres volver a recuperar ese equilibrio en el que todos ganáis?





Entonces estás en el sitio correcto

Soy mamá desde hace cuatro años y medio y como siempre digo:
"Nunca hice un viaje espiritual más intenso que éste".

La maternidad me puso del revés, me hizo tambalear e incluso tumbar muchas de mis creencias. Mis gustos literarios han cambiado totalmente. Donde antes había novelas ahora dan vueltas, por toda la casa, libros de psicología infantil, libros escritos por madres y sus experiencias, libros de ginecólogas, de obstetras, psiquiatras que me han inspirado y guiado desde el principio. Pero también leer y seguir a grandes mujeres en la red o formarme con ellas ha sido fundamental. Un gran número de profesionales que se han valido de sus conocimientos y su propia experiencia como madres para desarrollar una metodología siempre basada en el amor y la escucha activa. Es leyendo de forma ávida, pero sobre todo viviendo mi maternidad en el marco de nuestra propia historia (la de mi hija y la mía) no exenta de cambios muy intensos, que he ido ocupando mi cuerpo. Siempre digo que la maternidad me hizo bajar a él y será por eso que empecé a leer a autoras que hablan sobre cicliciad femenina. Así acabé haciendo cursos y formándome en el funcionamiento del cuerpo femenino antes y después de ser madres. Con todo lo que he leído y aprendido desde fuera y lo que he aprendido dentro de mi cuerpo y de mi propia experiencia como madre he confeccionado este programa:






Reconéctate a tus hij@s


Este curso es para ti si eres mamá o estás embarazada y:
  • Tienes la sensación de estar siempre cansada.
  • Sientes que no consigues llegar a todo.
  • Necesitas más horas en tu día.
  • Te sientes sola en tu maternidad. 
  • Tienes falta de apoyo de tu entorno.
  • Sientes que no sabes gestionar los conflictos con tus hijos.
  • Estás embarazada de tu primer hijo y quieres sentirte preparada para lo que viene.
  • Estás embarazada y ya tienes hijos y quieres aprender a organizarte mejor.
  • Sientes que no llegas a las necesidades de tus hijos al cien por cien.
  • Te sientes culpable porque no consigues darle a tus hijos lo que necesitan.
  • Notas que te estás descuidando, que te olvidas de ti misma.
¿Cuál será el destino al que llegarás?

1) Aprenderás a sacar el mejor partido de cada momento fisiológico en el que te encuentres.
2) Tendrás las herramientas para entender mejor las necesidades de tus hij@s
3) Aprenderás a leerte a ti misma. A conocerte mejor y a aumentar tu autoestima.
4) Te liberarás de la culpa destructiva.
5) Sabrás gestionar mejor los conflictos con los más pequeños
6) Tendrás las herramientas para reducir los conflictos en casa.
7) Crearás un ambiente familiar de Ganar-Ganar, en los que ningún miembro de la familia se sentirá olvidado.
8) Tendrás un rol principal en la crianza y educación de tus hijos.
9) Sentirás equilibrio y abundancia en tu día a día.

  BLOQUES:

1. Las malas madres no existen. En el que hablaremos sobre las expectativas de las madres antes de serlo, la realidad tras convertirnos en ello. Sobre la guerra de las madres y sobre la ciclicidad de mamá.

2. Todos los niños somos buenos. En el que trataremos las necesidades más importantes de los bebés y niños pequeños. Aprenderemos a formular enunciados respetuosos para con nuestros hijos. Y a usar recursos para reducir los conflictos.

3. Lo que los demás piensen de mí o de mi maternidad no es asunto mío. Sabemos que la presión exterior puede llegar a tener bastante peso en nuestras decisiones. Aprenderemos a gestionar nuestra maternidad de forma asertiva y empoderada para que no sintamos que perdemos el control de lo que nos corresponde a nosotras.


DURACIÓN Y FORMATO DEL CURSO:

El curso tiene una duración de dos meses. Desde el 24 de abril hasta el 24 de junio. (Que termine el 24 de junio es simbólico. Tras el solsticio de verano dejaremos nuestro viejo yo y entraremos en la estación del verano, que es la más maternal, como veremos en el curso, recargadas de energía y llenas de empatía).

Una vez cada dos semanas te llegará un PDF a tu e-mail. Tendrás dos semanas para leerlo y trabajarlo. Para reflexionar. 

Cuando pasen las seis primeras semanas entraremos en la parte práctica. Antes haremos también pequeños ejercicios.

Nos encontraremos en un grupo cerrado de Facebook y un grupo en whatsapp abierto las 24 horas durante los dos meses que durará el curso para sentirnos acompañadas en todo momento en este viaje.

Además de esto tendremos tres reuniones en una plataforma on line. 

Testimonios de alumnas en mi curso anterior Reconecta con tu cuerpo. Conecta con el mundo:

"Para mí ha sido un curso lleno de cosas super importantes como es el propio reconocimiento del cuerpo, desde que empecé a hacer el curso algo cambió en mí. Llevo dos meses sin dolor menstrual cuando siempre me había dolido mucho, pero ahora conecto con mi útero, mis ovarios y no los rechazo sino que conecto con ellos. También me he dado cuenta de muchas cosas como mujer que antes no valoraba, me he vuelto feminista cuando antes he sido muy tonta y permitía cosas que son machistas, en definitiva me ha cambiado muchísimo a mucho mejor. Ahora me quiero como soy, quiero mi cuerpo, mi menstruación y toda la feminidad en completo. Gracias Ana, de verdad sabía que iba a ser increíble y lo confirmo." Jenifer


"El curso ha llegado en un momento crucial en mi vida, aprendí a no martirizarme tanto por cosas que no puedo cambiar y a sentirme poderosa a más no poder y a ser capaz de defenderlo ante cualquiera. Enriquecedor, sin duda..." Bella



"Ana transmite una super energía positiva. Sus palabras, en los módulos, te abren a un mundo nuevo. Yo soy más consciente de mi ciclicidad y de mi influencia lunar. Vivo mejor mis 4 fases y me he ¡Descubierto a mí misma! ¡Todo gracias a ella! ¡Un curso que aconsejo a todas! Como dice una de mis frases favoritas del mismo: "Yo, siempre, a salvo" 😉 Federica 



"Este curso no podía tener un nombre más acertado, RECONECTA.
Realizarlo me ha ayudado a parar, ser más consciente y desconectar del piloto automático en el que funcionaba. Reconciliarme con mi menstruación, amarme tal y como soy, empoderándome. 
Ana es un amor, está lejos pero parece que esté aquí cerquita mía, además la conexión que se ha creado en el grupo ha sido especial, mujeres compartiendo dudas, preocupaciones, experiencias, dándonos comprensión y apoyo mutuo.
Estoy muy contenta de haber aprovechado esta oportunidad." Gloria

 "Este curso me ha acompañado en momento de cambio y punto de inflexión en mi vida, mi maternidad y mi feminidad. Además te acerca a mujeres que aún con vidas y situaciones distintas sienten lo mismo que tú. La sensación que me ha dejado es la de pertenencia al grupo pero a través de un trabajo interior. Reconecta y empodera." Victoria

"Sobre Reconecta y haber conocido a la maravillosa mujer Ana Gálvez, puedo contaros que me llevo un grupo de mujeres que aunque no conozco personalmente nos apoyamos y compartimos valiosísima información. Gracias a este grupo me he empoderado y he aprendido a rebelarme contra los ataques que sufrimos como género.
He vislumbrado mi camino y este se andará entre mujeres, he aprendido, o estoy en el camino, a no juzgarnos, y ahora siento que todas las mujeres nos encontramos unidas por hilos invisibles y no dudaré en ofrecer mi apoyo a cualquier mujer que necesite mi ayuda.
Entre todas conseguiremos un mundo mejor. Gracias por todo." Lubna





EMPEZAMOS EL 24 DE ABRIL





INVERSIÓN 150€ 



O 2 CUOTAS DE 79€






PERO LLÉVATELO AHORA POR TAN SÓLO

 90€ (SÓLO HASTA EL 19 DE ABRIL)





PACK RECONECTA CON TU CUERPO. CONECTA CON EL MUNDO + RECONÉCTATE A TUS HIJOS  

AHORA POR TAN SÓLO 165€  (INVERSIÓN NORMAL 265€, AHORRAS 100€, sólo hasta el 19 de abril)





PACK 2X1
 
TRÁETE A UNA AMIGA Y LA INVERSIÓN SERÁ SÓLO DE 150€ 
(OFERTA VÁLIDA PARA CINCO INSCRIPCIONES, ¡DATE PRISA! 😉).



Mostrando entradas con la etiqueta Animal social. Mostrar todas las entradas
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17 oct 2016

A veces una reflexión no viene mal

Trabajamos más horas que un reloj a diario para darles a nuestros hijos un presente y un futuro dignos. A menudo pasamos muchas horas lejos de ellos.

Para que cuando sean mayores de edad les podamos pagar una carrera.

Para que tengan un buen porvenir.

Para que se puedan pagar una buena terapia por el tiempo que no pasamos con ellos. O por el tiempo que pasamos con ellos pero sin calidad por todas las preocupaciones que teníamos. Todos los problemas por resolver.

Pero no es culpa de nadie. Es difícil salir del bucle. Sólo eso.

Sin embargo sería estupendo poder ver el problema para dar con la solución, que siempre es....¡La conexión! Con la luz y el amor.


14 oct 2016

Un día como otro cualquiera



Ayer fue un día tranquilo.

Un día tranquilo de trabajo y escritura. Un día de abrigarse, de mirar el cielo gris desde la ventana. De comer tortilla de las sobras del día anterior como almuerzo, y cenar puchero con croquetas. Una cena especial con una amiga especial, de esas que vienen a casa y te hacen sentir como en casa.

Fue un día tranquilo. Bueno. Un día en el que las cosas van rodadas.

Aunque lancé el primer cartel a la red. Un pasito más. Un pasito pequeño lleno de adrenalina y también gran satisfacción.

Y en mi cabeza sonaba Everything is coming our way de Santana.

Y mi hija por primera vez, o más bien, por "primera vez de forma oficial" no durmió siesta.

Y por la noche al acompañarla a la cama no hubo resistencias y todo fue más fácil. Mi niña se hace grande. Pero me encanta dormirla abrazada. Acompañarla al sueño en contacto, como cuando crecía dentro de mí.

Fue un buen día, en el que todo fue muy fácil y el estar abrazadas en su camita me hizo acordarme de cuando nació. Y decidí contárselo.

-A mí me hubiera gustado que el parto hubiera sido respetado, haberte cogido yo o rápidamente haberte tenido sobre mi cuerpo. Tú trepando buscando mi pecho. Sin prisas.
En lugar de ello te sacaron de mi vientre, seguramente cuando menos te lo esperabas, para, ¡rápidamente! llevarte a los controles. No antes, te acercaron a mí. Yo pude sólo tocar con mi nariz la tuya. Mis manos estaban atadas. Imagino que es más fácil atar las manos que el corazón.
Al parecer tenías que pasarte dos horas en la incubadora, porque tenías frío. Y ¿Sabes qué? Yo también tenía mucho frío, aunque creo que nos habríamos calentado la una a la otra. Abrazándonos, como ahora mismo.

Uso palabras que ella aún no conoce. Pero aprovecho para soltarlas, porque está receptiva. Porque todo es más fácil cuando le hablas al amor de tu vida mientras que la abrazas.Y parece que todo es tan simple cuando me pregunta con su cándida voz:

-¿Por qué, mamá? 
Y yo no sé qué contestar. Un poco me avergüenzo, un poco me enfado, conmigo misma, con lo que hay. ¡Nunca más me pasará algo igual! Y contesto:
-Cariño, porque en el hospital que tú naciste era así.
Y callo. Lo pienso dos veces y decido abrir la boca, porque es importante para todos que ciertas cosas se digan:
-Porque mamá estaba desconectada de sí misma. Pero ahora cada vez lo está menos.

Ayer fue un día tranquilo. Un día normal. Un día como otro cualquiera.





13 oct 2016

Mi camiseta "Peace" de Zara

No suelo comprar mucho en Zara últimamente. No es que le esté haciendo un boikot al señor Ortega, como otras personas que conozco. Al señor Nestlé sí, en la medida de lo posible porque, creedme, no es fácil. Nestlé está en los sitios más inverosímiles. Y es que agarras un producto en el supermercado y le das la vuelta con esperanzas de no ver figurar entre los ingredientes el dichoso aceite de palma y ahí ves en pequeñito el logotipo y dices "¡Leche!¿Esto también es de la maldita marca suiza?"

El caso es que no está en mis planes más inmediatos dejar de comprar concretamente en Zara, compro poco, así en general, porque de todos modos es difícil comprarle a una marca "justa" alternativa. Digamos que hay que buscar bien, y lleva su tiempo, pero estoy convencida de que llegaré a un compromiso más justo con el planeta (a la humanidad la incluyo en él, de ahí que no la nombre explícitamente).

El año pasado por estas fechas adquirí una camiseta que me gustó mucho. Simple, blanca, de algodón con un mensaje en plata. PEACE, dice. Pero creédme, cada vez que abro el cajón y decido ponérmela, me gusta mucho como me queda, me veo muy guapa en ella, algo en mi cabecita me dice que no estoy siendo consecuente con el mensaje.

¿Por qué? Pues porque una empresa que explota a miles de personas en el tercer mundo y en su propia tierra, que se supone que no es el tercer mundo, para mí muy pacifista no es. Que el mensaje va para la persona que la lleva puesta, eso ya lo sé. Por eso y por mi acceso a la información es por lo que me siento mal.

Y así cuando llevo la dichosa camiseta no pienso en Paz, pienso que llevo escrito ¡HIPÓCRITA! Yendo el mensaje a mí misma, ojo. No pretendo criticar a nadie que haya decidido comprar la misma camiseta, hacer pensar, vale. Pero no juzgar ni criticar. El comedero de olla lo tengo conmigo misma.

Me gusta conectarlo todo, es mi forma de seguir creciendo, de seguir mejorando. Y buscando una frase de Eleanor Roosevelt, mujer a la que tanto admiro, me encontré con esta otra:

"No basta con hablar de paz, uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla."

El feminismo va de eso, va de justicia y de paz. La justicia, la paz, la dignidad, la libertad están muy relacionados con el feminismo. Por mucho que a algunos hombres les parezca agresivo. Muchos no son conscientes de que partimos de una base en la que vivimos en un mundo que los favorece a ellos. La incapacidad de ver esto es porque estamos tan inmersos en él que nos falta perspectiva. Últimamente me acuerdo mucho del conejo blanco de "El mundo de Sofía" en el que el autor invitaba a la receptora de su mensaje a salir a la superficie para ver con distancia, desde fuera, el conejo. Es normal que las mujeres se revelen en un mundo en el que se vulneran constantemente sus derechos y su dignidad, me parece lógico y natural. Pero ni que estuviéramos hablando de armas, de guerras. No me parece que sea una revolución precisamente sangrienta. Es más, ni siquiera me parece una revolución.


En el fondo el feminismo tan sólo quiere paz, justicia y libertad. El compromiso de todos hace que el mundo mejore real y contundentemente.  

Y si la palabra "feminista" te parece demasiado agresiva, prueba con compromiso. Prueba principios, prueba dignidad, paz, justicia, derechos. Fraternidad, amor al prójimo y a uno mismo. Si te atrae el significado de esas palabras entonces estamos hablando de lo mismo. Entonces estaremos deseando el mismo mundo.



12 oct 2016

Ellos no tienen la culpa

No la tienen. Los hombres. Claro que no. Claro que #notallmen. Claro que no todos serían capaces de violar a una chica a la que han drogado previamente. Aún no me he encontrado con quien diga lo contrario.

Por supuesto que no todos se reirían de la"genial hazaña", seguramente la mayoría no la vería como una "genial hazaña".Hay jueces que no lo hacen y se toman su trabajo muy en serio.

Pero por desgracia me consta que muchos hombres siguen viendo a la mujer como un objeto (directo), aparentemente sujeto. Porque en el mundo entero en mayor o menor medida las mujeres tenemos el rol de agradar y dar y ellos están siempre listos para tomar y recibir. Y las cosas están cambiando. No me cabe (¿o sí?) la menor duda, aunque a veces parece que vayamos hacia atrás. Todos sabemos que la "Igualdad" es algo muy nuevo. Que las "brujas" que tenían ideas subversivas eran tratadas poco menos como animales, es decir, como el ser humano trata a animales hasta hace muy poco. Será por eso que algunos hombres, not all, siguen refiriéndose a nosotras como "ganado" o "carne fresca" o "presas de caza".

Y es verdad, es que las primeras que no nos enteramos somos nosotras, porque fíjate tú, yo no quiero igualdad, yo no quiero ser tratada como a un hombre, porque no soy igual que un hombre. No biológicamente. Sí a nivel de dignidad. Y eso es lo que nos confunde.

¿Que qué es lo que quiero entonces? La respuesta es simple de pronunciar e incluso de gritar, al menos para mí:


QUIERO UN MUNDO JUSTO Y LIBRE.


Otro de los problemas al que nos enfrentamos es que ni nosotras somos dueñas de nuestro cuerpo. Entra en el código de la normalidad que una chica se enrolle con un tipo después de que él la haya invitado a una o dos copas, a un almuerzo, a una cena. El almuerzo es un poco distinto, pero todo lo que pasa en la oscuridad de la noche es lícito. "Por la noche todos los gatos son pardos" que decía mi abuela. Y la traducción de ese dicho para algunos, demasiadas veces es "Por la noche todas las tías son putas" y nosotros los dueños del cotarro, y sino es así ya se dejará alguna "gorda" o "fea" desesperada por sentir contacto. Alguna pobre criatura que tenga baja la autoestima.

Sí, que ya lo sé, que no todos son así. Pero he oído demasiadas veces hablar de mujeres con calificativos horrendos tan normalizados que hasta las mujeres los decimos, o los decíamos. En presente, en pretérito imperfecto y deliberadamente no uso el futuro simple. Porque, como ya dije, la única manera de sobrevivir en este "mundo de hombres", o como entonaba James Brown con su potente voz en "This is a men's world" y cuanta razón tenía, es masculinizándonos. Y es que no queremos estar fuera. Tememos perdernos en un mundo femenino tristemente invisible o francamente inexistente.

Mientras tanto continuamos creyendo que las cosas van a cambiar, y ni un mes después de la muerte de Tiziana Cantone en Italia salta a la palestra un nuevo escándalo sexual con video porno incluido no consentido y dos jugadores de fútbol como sujetos de la hazaña y miles de desconocidos que lo comparten.

Pero para la tranquilidad de todas, y todos, en poco menos de un mes es bastante probable que Donald Trump, su machismo y su racismo,  se conviertan, así, como la Santísima Trinidad, en presidente del país más poderoso del mundo.


Para distraernos de la triste y violenta realidad siempre podemos ir al cine a ver la ultima película de Verhoeven que promete, ¡chicas! en palabras del director: “La idea de una mujer que es violada pero se niega a asumir el papel de víctima es algo nuevo en el cine”. ¿No me digáis que no es "in" el tema?

O a la discoteca a bailar lo último. ¡Dale, Justin! (Bieber) sigue escribiendo canciones en las que dices que nadie mejor que tú sabe lo que una chica quiere, ni siquiera la propia chica.

Me voy por las ramas. Yo lo que quería decir es que mientras todos sigamos con el foco en las falsas denuncias y en defender la dignidad de los hombres que no se portan mal, los abanderados del #notallmen, NADA CAMBIARÁ.

Seguid diciendo que hay hombres que tienen el cerebro lavado, que son calzonazos, feminazis etcétera. En lugar de tratar de resolver el jodido problema. Yo agradezco que haya hombres con el valor de salir de su zona de confort o en jerga inteligible: "Con un par de huevos" y escribir artículos como éste:

Violadores, sanfermines y los grupos de whatsapp de hombres.

No quiero tener que conformarme con la versión normal de un hombre. Quiero la versión mejorada de todos los hombres, para mis hermanas, para mi hija, para las mujeres que vendrán. Para el mundo de hoy y para el de mañana.

Evidentemente no es culpa de ellos. Pero sí es responsabilidad de todos, SOBRE TODO DE ELLOS.

DE VOSOTROS, HOMBRES.

Hacednos un favor, hacéoslo a vosotros mismos y venid a nuestra barca que os necesitamos.

Aquí cabemos todos. Y juntos, no nos hundiremos.



11 oct 2016

Objetivo: Dejar de ser el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas

A veces me veo como él. Corriendo, sin tregua. Y me pregunto: "¿De qué escapo en realidad?" Otras me autoflagelo porque no consigo organizarme para salir antes y llegar temprano a los sitios. Pero últimamente he dado con el diagnóstico: Yo, no es que sea impuntual, es que me cuesta soltar la actividad que hago en cada momento. Así, si me tengo que ir a trabajar pero estoy leyendo algo muy interesante me cuesta mucho dejar de hacerlo al igual que cuando tengo que salir del trabajo y volver a casa.

Esta entrada la empecé a escribir hace un par de meses. La dejé con ese párrafo con la idea de desarrollarla algún día y parece que ese día ha llegado. Me volví a acordar de que tenía algo escrito sobre este tema viendo, con mi hija, el otro día "Patricia en el país de las maravillas" como la llama ella. Y en una conversación que tuve, la semana pasada, con algunas de mis comadres sobre la cantidad increíble de obligaciones y "deberes" que teníamos que hacer.

Desde hace una semana exactamente trabajo desde y en casa. Algo que me apasiona y que andaba deseando y buscando, que yo recuerde, cuatro años seguro. Pero ahora que estoy en ello confieso que sigo teniendo dificultades para organizarme. Aunque no me flagelo. En primer lugar porque llevo sólo una semana así y eso es poquísimo tiempo si tenemos en cuenta como he estado hasta hace escasos diez días. En segundo lugar porque soy madre y soy consciente de mi capacidad y deber de ser flexible y en tercer lugar y, como he mencionado otras veces, estoy aprendiendo el maravilloso arte de la autoindulgencia.

Pero veo que eso de correr sin parar, de no frenar ni un segundo y de que, a pesar de estar al doscientos por ciento y no llegar a todo, es muy universal y afecta tanto a hombres como a mujeres. Y tengo malas noticias para ti porque:


Nunca, nunca, vas a llegar a todo

A menos que cambies el chip. Y sobre todo dejes de mirar todo lo que hacen las personas a tu alrededor en vez de ver y sobre todo RECONOCER todo lo que haces TÚ MISMO/A. Porque solemos darle más valor a lo que los demás hacen y muy poco a lo que hacemos nosotros mismos. Y porque cuando hayas terminado de hacer todo lo que te propusiste se te ocurrirán nuevas acciones por hacer.

Hace tiempo le escuché a Sergio Fernández en una de las charlas que tiene colgadas en su canal de youtube un ejercicio: Anotar todas las cosas que nos atormentan, que no nos dejan estar tranquilos. Poner en una lista todas las tareas pendientes y comprometernos a hacer las que de verdad queremos hacer y lo más revolucionario: tirar la lista a la basura cuando hayamos hecho las tareas elegidas. De manera que, si el coche tiene un arañazo en la chapa que nos molesta pero al final decidimos que en estos momentos no lo vamos a arreglar: NO NOS PREOCUPEMOS MÁS. Es decir, que decidamos no arreglarlo pero además nos olvidemos de ello. Él aboga siempre por llevar la mente libre, diáfana. Cuando se te viene una idea sobre algo que quieres hacer o escribir propone apuntarla porque seguro que en la cabeza se te va a olvidar y de esa forma consigues tener la mente más fresca. Me recuerda un poco a los años en los que he trabajado en recepción. Con la cantidad de interrupciones que vienen del exterior entre teléfono, clientes, reservas de última hora e incluso los mismos compañeros, porque, no olvidemos que en un hotel todos los departamentos tienen que estar en constante comunicación, si no apuntas las cosas importantes no las recordarás y te puedes meter en más de un lío.

Recuerda que eres humano/a y que además tienes días en los que puedes dar más y días en los que puedes dar menos. Deja de tener obligaciones que revolotean alrededor de ti como si fueran fantasmas.

Os invito, a vosotros y a mí misma a no andar corriendo a todas partes, a frenar de vez en cuando, a disfrutar de los pequeños momentos importantes de la vida, a no sentirnos culpables si no llegamos a todo, a dejar de exigirnos tanto. A ser más felices.

7 oct 2016

13 cosas que probablemente no sepas de mí



Me gustan mucho los posts que enumeran, porque se hacen muy amenos de leer y cuando se trata de darnos a conocer conectan más con nuestros lectores. Os dejo estos 13 puntos informativos quizás así os expliquéis algunos rasgos de mi personalidad...

1) No estoy bautizada ni he hecho la comunión a pesar de haber estado 10 años en un colegio de monjas

2) No se me dan demasiado bien los trabajos manuales aunque estoy convencida de que todos con empeño podemos hacer todo.

3) Soy feminista lo cual no está reñido con mi capacidad para hacer croquetas. Me salen de miedo ;)

4) Soy una súper defensora del colecho, la lactancia materna y del efecto "pegatina bebé - mamá"

5) Estudié e incluso me licencié en filología alemana hace una friolera de 13 años ya.

6) Durante mi último año de instituto me rapé la cabeza al 4 como gesto reivindicativo a la vida en general. Volví a repetir experiencia en mi primer año de universidad. Un compañero me dijo que mi cabeza parecía un melocotón ;)

7) Viví 5 años en Copenhague porque tuve una historia muy importante con un danés durante 6 años. En total he vivido en 4 países distintos. Todos europeos.

8) Sólo he estado fuera de Europa una vez y fue cuando en 2008 fui a Cuba. ¡Todo una experiencia!

9) Antes de convertirme en mamá fui muy cinéfila. Veía mucho cine de autor y casi siempre en versión original, pero mis directores favoritos eran Billy Wilder y Woody Allen. Mi película favorita es aún "El hombre tranquilo" me recuerda a buenos momentos de mi infancia vividos en familia. Y justo después "Desayuno con diamantes".

10) A pesar de hablar "por los codos" soy muy casera y me encanta la lluvia y leer.

11) Hasta hace 6 meses no he empezado a escribir en serio. Alguna vez lo he hecho pero siempre me ha dado vergüenza que alguien me leyera así que acababa destruyendo todo lo que escribía. Pero recuerdo a mi profesora de lengua y literatura de Séptimo de EGB felicitándome el día que escribí una redacción libre en forma de carta de una madre a su hijo adicto a las drogas. Ahora no concibo mi vida sin la escritura.

12) Creo firmemente que, y siempre que se tenga la oportunidad, la mujer debería vivir sola aunque sea un par de años de su vida. Yo lo hice durante 2 y medio y fue una experiencia súper positiva.

13) Mi número favorito desde hace poco es el 13 y tiene que ver con el autoconocimiento hacia mí misma y mi condición de mujer.

¿Te ha gustado? ¿Te atreves a escribir las 13 cosas que probablemente no sepamos de ti?


28 sept 2016

Gracias, pero no hace falta que me quieras más que a tu vida.

"Te quiero más que a mi vida" Solía decirle cada día, desde el primero que pasaron juntos hasta el año más o menos. Luego su orden de prioridades cambió.Y dejó de llamarla, o mejor dicho, lo hacía de forma alterna, día sí, día no. Parecía que es que quería a su vida más los días que no la llamaba y menos cuando le tocaba llamada. Y es que todos sabemos que su "poquito de cal y su poquito de arena" no le hace mal a nadie. Aunque a ella la destrozara. Pero fue realmente bonito estar con él, mientras se sentía querida, día sí y día también.

Luego vivió un verdadero infierno. Como aquella frase que le leyó a Antonio Gala en El manuscrito carmesí algunos años antes y que no lograba poner en pie cuando nos vimos el otro día, pero que venía a decir algo así como que "El que está solo tiene esperanza y al que sufre en pareja le queda sólo la desesperación". Así fue, no conseguía conciliar el sueño, y se le quitaba el hambre, día sí, día no. Estaba desquiciada. Quería dejarlo pero estaba cada vez más atrapada en esa relación que no le hacía nada bien.

Y es que era muy ilusa, muy inocente. Se creía cada palabra que le decían.

Se me partía el alma cuando me preguntaba: "¿Cómo una persona que hace unos meses me decía te quiero más que a mi vida me puede tratar de esta forma?". Pero nunca escuchaba mis respuestas. Corría, cambiaba de tema.

Hoy, muchos años después, sabe que más que a la propia vida se quiere sólo a los hijos. Por mucho que a la pareja se la quiera, aunque Cristina Pedroche diga lo contrario. Ya le preguntarán los periodistas cuando sea madre. Será interesante escuchar su respuesta.

Ha sufrido mucho, su primera relación le dejó el listón muy bajo, pero tendriaís que verla ahora. Es una de las mujeres más fuertes que conozco. Aunque me daba un poco de pena escucharle decir esto el otro día:

"Yo pensaba que el amor era sufrimiento y no ha sido hasta llegar al tercer piso de mi vida, después de un montón de palos, que finalmente me doy cuenta de que:

  • Si sufres, ¡No es amor!
  • Si tienes que suplicar el cariño, probablemente ¡No te quiera!
  • Si te llama día sí y día no cuando antes te llamaba todos los días ¡Es un tarado!
  • Si sigue haciéndote sufrir conscientemente ¡Es un sádico!
  • Si cuando le lloras y le das las quejas te dice que eres una paranoica ¡Es un super sádico!
Y en cualquiera de estas circunstancias lo que te conviene es HUIR EN DIRECCIÓN CONTRARIA porque con total seguridad se trata de un MALTRATADOR, y aquí abría mucho los ojos y hacía dibujos en el aire con sus manos. Al fin y al cabo, continuaba, un maltratador no es nadie más que alguien que no trata bien y si tú no sientes que te están tratando bien, probablemente te estén tratando mal o, en otras palabras, maltratando."

Y no respondí nada. Le sonreí, como quien le sonríe a una vieja amiga que ha sobrevivido a todo, y la abracé bien fuerte a mí.


Con todo el cariño para M.
Con todo el cariño, para todas las mujeres de mi vida.


23 sept 2016

El bebé es un mamífero, su madre, su padre y los médicos también.

Volviendo de las vacaciones, en el coche, tuvimos tiempo para hablar. Sobre crianza, sobre el cuerpo, sobre desaprendizaje, sobre conexión. Mis temas favoritos. Comentábamos que era increíble tener que recurrir a libros para criar, para parir, para conectar entre nosotros. Con nuestras crías.

Últimamente Aristóteles me cae regular. Y es que en filosofía en el instituto no me dijeron que este hombre, como tantos otros griegos coetáneos, padecía de misoginia. Ahora que no hago más que leer y hacer cursos y seguir a mujeres que me inspiran muchísimo he sabido que nos consideraba seres incompletos, por el simple "fallo" de no tener falo. Al parecer, gestar bebés, parirlos, nutrirlos y tener la capacidad de cuidarlos no le parecía suficiente. ¡Bah! Eso lo hace cualquiera! Cualquiera excepto los poseedores de falo, que hacen otras cosas, claro. Pero hay una frase suya que siempre repito "El hombre es un animal social". Rousseau, con una sensibilidad mayor también lo admite para horror de Voltaire y tantos otros filósofos de la época. Hablamos de cien años antes de Darwin.

Y hablando de animales y de humanos y de capacidad de parir y de nutrir me estuve acordando de lo que me ha contado mi madre estos días que he estado en casa.

Ella trabajó muchos años en un hospital. Aunque no es médico, ni enfermera ha estado muy en contacto con personal sanitario siempre. Me hablaba del "goteo" que es una anestesia general que al parecer se usaba mucho en los 70 y 80 para dormir a las mujeres durante los partos, por aquello de que no molestaran sufrieran tanto.

Al parecer había una eminencia en los años que ella parió, en el hospital en el que desempeñó su trabajo, que decía que "las mujeres no somos animales" justificando así el uso de herramientas varias en paritorio.

Y yo pensaba en un médico francés. Siento verdadera admiración por los médicos que no se quedan exclusivamente con lo que han aprendido en la facultad, con lo que les dicen otros médicos. Siento admiración por los médicos que son capaces de mirar (viendo) otras culturas, sin juicios, sin neocórtex, con verdadero interés y ganas de aprender. Pero sobre todo, de cambiar el mundo. Michel Odent es uno de ellos. Adoro leer con que pasión habla de la necesidad de inhibir el neocórtex para cualquier proceso sexual, sobre todo se centra en el parto.

"Cualquier inhibición, sea durante el parto sea durante cualquier otro episodio de la vida sexual, procede del neocórtex. Es por ello que, en un parto que se desarrolle espontáneamente, según el "método de los mamíferos", llega un momento en el que la mujer parece que desconecte del mundo y se vaya a otro planeta. Este cambio de estado de conciencia indica la reducción del control por parte del neocórtex. Es entonces cuando la futura madre se siente libre y se atreve a gritar, a abrir sus esfínteres, olvida lo que ha aprendido, lo que le ha transmitido su cultura, lo que es "de buena educación". No hay mejor manera de conseguir que un parto sea largo, difícil, más doloroso y, claro está, más peligroso, que estimulando el neocórtex, la cuna de todo tipo de inhibiciones . Se puede estimular el neocórtex mediante la luz, utilizando el lenguaje racional, lógico o comportándose como un observador. En cambio, la sensación de intimidad nos indica que el neocórtex ha reducido su control". Dice en su maravilloso y necesario libro "El bebé es un mamífero".

Hablando con mi amiga María de estos temas me contaba la competitividad que existe entre matronas y ginecólogos (su tía es matrona y le cuenta). De como cuando pasa demasiado tiempo y la parturienta no ha dado a luz aún, llega el médico, reloj en mano, metiendo prisa y añadiría "sólo" (y sólo porque estos días ando políticamente correcta): "Activando el neocórtex".

Es una pena que para encontrarnos a nosotros mismos, para volver a conectar con nuestra biología, con nuestra naturaleza más primal, para aprender a respetar nuestro cuerpo, a nuestros hijos y al vecino tengamos que recurrir a los libros. Aunque claro está, peor es nada.

Con todo esto he llegado a la conclusión de que al mundo le falta ternura y doulas en paritorio...De lo que sobra no voy a hablar. Porque pienso como el Dr. Odent:

"Para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de nacer"


20 sept 2016

Volver. Pisar tu tierra.

Volver.

Pisar tu tierra. Sentirla.

Con todos los sentidos.

Que te entre por todos tus poros. Y llegue a todas tus células.

No hago más que emigrar y regresar.

Y volverme a ir.

Sigo en la tierra en todas partes.

Pero en ningún sitio la siento tanto como en "mi tierra".

Como en los campos de mi Andalucía.

Bajo el cielo despejado rendido al sol casi africano.

Buscando la sombra del pino, del olivo, de la encina.

Pisando hojas y palos amarilleados por el tiempo, por el sol, por el viento.

Secos, como mis labios al respirar la flama que cae de tu verano. Con la chicharra como única banda sonora.

Secos, como mis pies pisando la arena dorada o morena de sus playas, las salvajes. Las perdidas. Donde me gusta encontrarme, escondida entre algas y espuma de mar.




Me gusta excavar en tu arena, en la tierra sobre tu suelo. Tocarte con las manos. Olerte en mis uñas.

Notar el peso del tiempo.

Sentir como me quema la respiración. Aire caliente entrando en mí.

Presente en el aquí y el ahora.

El tiempo se para en tu desierto.

Y yo sonrío.

Me siento feliz. Sola. Con fuerza. Para todo.

Y en compañía.

De los árboles, de los montes.

Del águila que vuela sobre mí buscando su almuerzo.

Nada como volver. A la tierra. A mí misma.

Parece que echo raíces, no importa donde esté.

Siempre tuya seré.

En todas partes estoy en ti.




16 sept 2016

Se tiene el listón bajo

Señora, no me diga más que mi hija se ha portado estupendamente mientras estaba con usted, que es muy obediente.

Que se me eriza el vello de todo el cuerpo.

¿Acaso no ve las noticias?

Yo sé que más que yo.

¿No oye de violaciones, de maltratos, de muertes?

Bien, usted piensa que las chicas de hoy son tontas y se van con quien no tienen que ir.

Y así nos va, mientras sigamos pensando que las "que se lo buscan" son ellas seguirá pasando.

¿Pero no oye o dice usted misma que tal asesino, o tal maltratador no lo parecía?

¿Que era un chico estupendo, un marido ideal un vecino educado?

¿Entonces de qué estamos hablando?

Claro que una se confía.

Y es que, ¿Sabe usted lo que pasa?

Que el listón está bajo. muy bajo. Bajísimo.

Está tan bajo que nos enamoramos del primer tipo que nos deja paso en el tráfico.

Del primero que nos dice un piropo por la calle, porque es romántico y pura galantería.

Porque nos enseñan a amar de forma masoquista.

Con mucho castigo.

Ahora te quiero, ahora ya no, o bueno, sí, aunque tú no sientas mi amor. 
Hemos crecido  con la idea romántica absurda de que el amor bien demostrado viene de parte de una margarita, o no.




15 sept 2016

Una mujer se suicidó ayer en Italia

A veces es duro vivir en dos países.

En realidad vivo sólo en uno. Pero me entero de lo que pasa, principalmente, en dos. Aunque a menudo me gustaría que no fuera así, ya sabéis, por evitar dolor.

Y es que las noticias más terribles, me llegan de un lado y de otro. Sobre todo cuando tienen como (sujeto) objeto directo  a las mujeres. A la mujer.

En este caso una amiga italiana tremendamente compungida y asqueada por esta triste noticia me ha pedido que leyera el post que había compartido en su muro de Facebook y que a continuación compartí yo también. Emocionante, desgarrador, escrito de la mano de un hombre feminista. Sí, es verdad. ¡Cuánto nos emocionan los hombres que escriben a favor de las mujeres! Como si esto no tuviera que ser lo normal. Es un valor añadido el que tienen estos hombres.

Las mujeres, sin embargo, tenemos que ser mucho más. Buenas chicas, modositas, castas y puras. Aunque muy putas cuando somos objetos de ellos (no de los hombres de verdad, sino de los misóginos) Cuando ellos quieren. Para que luego ellos decidan con quien compartir un video sexual  en el que apareces tú, si con un amigo o con todo el mundo, porque en este mundo global basta con compartir en la red. De todos modos él tiene justificación porque es "el despechado".

Y mientras tú a ser una Geisha postmoderna. Calladita estás más guapa. Vive con tu culpa. Él ninguna. Es un hombre. Tú, aséptica. Limpita. Depilada totalmente. Sin olores ni dolores. No quieren tus lágrimas. Los tipos que no son hombres de verdad. No sientas, limítate a gemir. Continúa siendo un objeto.

Ellos son los dueños del mundo y de todos modos te criticarán por ser mujer. Siempre. Hagas lo que hagas.

Si ellos hacen lo que haces tú son unos machotes. Nunca unos "putos". La palabra tiene hasta gracia. No tiene sentido. Creo que ni existe. A ver si luego la busco en el Diccionario de la Real Academia Española. De todos modos, para qué fiarte. Académico es Pérez Reverte y su amigo Javier Marías, amantes de armas y odiadores de mujeres. En italiano existe "puttana" pero no "puttano", "troia" que es un sinónimo muy elocuente que nos recuerda el mito de Elena de Troya (otra pecadora más de las filas) pero no "troio", o "zoccola" pero no "zoccolo" (bueno esta palabra sí que existe, significa "zueco" ya sabéis, el zapato) y así un largo etcétera, porque parece que nunca hay bastantes etiquetas para colocarle a una "mala mujer".

Mientras que los misóginos estén bien arriba. Mientras que los hombres sigan interrumpiendo a las mujeres. O plagiándolas. Cosificándolas. Violándolas entre cinco. Matándolas. Maltratándolas de mil maneras. Colgando videos comprometidos en la red sin nuestro permiso. Éste seguirá siendo un mundo de mierda. Y que luego te hablen de cielo y de infierno. Y del valle de lágrimas de la Edad Media. ¿Entonces dónde cojones vivimos ahora?

¿Acaso vosotros no vivís la vida?¿No sois vulnerables también?¿No hacéis felaciones, o cunnilingus? ¿Nunca habéis hecho un video aunque lo hayáis borrado a los dos minutos?¿Estáis libre de pecado también? Pecado... ¿Pero qué pecado? ¿Quiénes os creéis para juzgar a nadie? ¿Para etiquetar como pecado la vulnerabilidad de una persona?

¿Qué ha cambiado desde aquel "quién esté libre de pecado que tire la primera piedra"?

¡Una pena que los colonizadores de las Américas no se hubieran dejado evangelizar ellos por el "nuevo mundo"! El del taparrabo, el libre de tabúes. El del contacto con el cuerpo y con el propio instinto. El libre de culpa. Porque otro gallo estaría cantando en estos momentos.

¿A qué clase de mundo estamos trayendo hijas?

  • Mientras que las malas de los cuentos sigan siendo las mujeres aunque en la vida real las princesas sean violadas o matadas por hombres las cosas no cambiarán.

  • Mientras que los únicos que nos puedan salvar sean ellos. Los príncipes rescatadores, las niñas seguirán creciendo con demasiadas expectativas.

  • Mientras que las mujeres no seamos tan "libres" como los hombres este mundo seguirá siendo injusto y machista.

Una mujer se suicidó ayer en Italia.

Se llamaba Tiziana Cantone.

Tiempo atrás habían colgado en las redes un video en el que le hacía una felación a un tipo. Y tuvo que soportar como la gente la insultaba en vivo y en las redes sociales. Intentó cambiar de vida y hace un mes suicidarse sin éxito, hasta que ayer finalmente lo consiguió.

Fue doble pecadora, por hacer lo que hizo en vida y por morir como ha muerto. ¿Quién es ella para quitarse su propia vida? En el país donde tiene sus raíces el Vaticano. Raíces como troncos milenarios.

Una mujer murió ayer en la cruz, después de haberla acarreado durante meses. Murió por sus pecados, por los de todas las mujeres. Por ser demasiado suelta. Por jugar con fuego, con lo prohibido. Por desafiar a un hombre.

Como me habría gustado haberla conocido. Haberle hablado. Haberla abrazado. Haberla mirado a los ojos para decirle:
  • que era un ser puro
  • que la culpa no existe, es sólo una invención social
  • que podía cambiar de vida de verdad
  • que viviría una grandísima tormenta pero que algún día pasaría y sería una mujer renacida, fuerte y capaz de afrontar cualquier dificultad.
  • que el mundo es grande y hay sitio para todos
  • que no estaba sola
Una mujer se suicidó ayer en Italia.

Una mujer se fue de este mundo sucio, cruel e hipócrita. O en palabras del autor del post al que me he referido al principio: "Tiziana è morta perché in Italia, il piacere è ancora singolare maschile, e le tentazioni sono sempre plurale femminile" (Tiziana está muerta porque en Italia, el placer es aún masculino y las tentaciones son siempre femeninas) Y yo añado que por desgracia no sólo en Italia existe aún esta forma de ver las cosas.

Descansa en paz Tiziana Cantone.


12 sept 2016

Ligera de equipaje

A ti que nunca te molestaste en conocerme
 
sólo en poseer mi cuerpo 

y pisar algún pedazo de mi alma 

cuando más sed tenías, 

sin que lo supieras.


A ti que me quisiste como un objeto. 

En momentos puntuales.


A ti que quisiste perderte la mejor parte de mí misma 

la soñadora, la melancólica la 

"Me voy a la luna, ¿Te vienes conmigo?"


A ti que sólo mirabas mi boca con prisa 

sin sentir las palabras que de ella salían 

A ti te digo: 

que sobreviví a las noches sin ti

a la ausencia de tus llamadas

a tus falsas promesas

a tu mirada de niño que en realidad no lo

era.

 A mí,

que la mayoría del tiempo vivo en la luna 

que cada vez voy más ligera de equipaje 

I'm a light traveller 

un poco por mérito propio un poco porque 

la muerte me enseñó que no 

te llevas nada con ella

que todo lo dejas aquí, incluso la carne,

sobre todo la carne
 

Nada como el cambio para conocerme mejor

Nada como salir entera aunque con humo de ti y 

de otro 

montón más 

Sufrí en silencio, quise más y no lo pedí 

y al final me escapé

por la puerta de atrás, 

un poco como hago siempre

magullado mi orgullo de loba, 

pero mirando al frente,

con la certeza de la supervivencia.


A  ti y a mí, nos digo:

Aunque a veces parece que se haga cuesta arriba,

la vida nunca ha sido tan fácil de vivir

        Alejada de devoradores de carroña como tú.
La carroña es sinónimo de debilidad.

La mía y la de tantas otras mujeres que pasaron y

pasarán por tus manos,
por las vuestras.


7 sept 2016

Conciliar. Vivir. Ser feliz.

Dice Niels Bergman que para que un recién nacido se desarrolle tiene que estar en contacto con su madre. Sino se limitará, o no, a simplemente "sobrevivir".

Sobrevivir a secas es mediocre. Triste. Poco moderno.

Si gozamos del gran privilegio de venir a este mundo no es para ser mediocres. Es para destacar. Brillar. Para vivir intensamente. Lo mejor posible. Siendo felices.

Él, como muchos otros científicos, habla de la Exterogestación. El periodo que un recién nacido necesita de contacto físico con su madre y crecer lo más sano posible tras nacer. Alrededor de 9 meses.

Porque ya cada vez tenemos más claro, y nos demuestra la ciencia, además de las filosofías orientales, que no existe separación cuerpo/mente/emoción.

Las neurociencias están al servicio y al alcance de todos. Pero sobre todo le ponen voz a los bebés, que son los últimos de la fila. Y lo que nadie te cuenta es que ellos tienen sentimientos. Que no tengan el don de la palabra no significa que no tengan sentimientos. Me repito. Porque es necesario. Precisamente porque no saben expresarse ni se pueden mover libremente es por lo que nos necesitan más.

Si nuestros niños crecen colmados, con sus necesidades "básicas" más que cubiertas serán más felices y como consecuencia crecerán más sanos. Una necesidad básica es precisamente la del contacto físico, no olvidemos que somos mamíferos. No es casualidad que el primer sentido en sentir y el último en dejar de hacerlo sea el tacto. Se enfermarán menos. Por ende sus padres faltarán menos al trabajo y la sociedad podrá ser tanto reproductiva como productiva. Un poco como es ahora pero en versión mejorada.

No paramos de oír que necesitamos que aumente la tasa de natalidad, pero ¿cómo nos vamos a animar a tener más hijos si luego estamos obligados a abandonarlos rápidamente?

La conciliación no sólo beneficia a los bebés, sino a sus madres y a sus familias.

Cuando una madre ha vivido bastante tiempo al lado de su hijo recién nacido al volver al trabajo lo hace con más ganas, puesto que no deja atrás a un ser tan inofensivo. Se siente más tranquila, más segura y es capaz de dar más. Y esto revierte positivamente en la sociedad y en el sistema.

Pero hoy día la maternidad se vive en soledad por la forma de vida que impera en las ciudades. De ahí la importancia de que los padres se queden más tiempo con sus mujeres e hijos. Para repartir tareas.

Además un niño sigue necesitando a sus padres también cuando deja de ser un bebé. Y mucho. De ahí la importancia de tener horarios de trabajo compatibles con la familia. Humanos. Flexibles.

Si los países nórdicos pueden, los del sur de Europa también, después de todo compartimos Unión ¿no? Por algo será.

Tenemos el deber de apreciar la vida. Porque es un regalo. Por tanto vivirla lo mejor posible debería ser una obligación.

Esta semana las madres, los padres, las mujeres, los hombres, podemos contribuir a conseguir un mundo mejor, gracias a esta acción que está tomando fuerza en las redes sociales:

Quedadas en Twitter, porque #ConciliarEsVivir y necesitamos #ConciliAcción

¿Te unes a la causa?



6 sept 2016

Yo no quiero un buen trabajo.

No quiero un trabajo chulo donde gane mucho dinero.

No quiero trabajar para nadie.

De hecho no quiero trabajar, así, a secas.

En realidad nunca he querido, por eso no llevo 15 años en el mismo sitio.

Seré una inconstante.

Una inconsciente.

Pero en el fondo llevo toda la vida resistiéndome a vivir siempre cansada.

O harta.

Sin energías.

Resistiéndome a que me roben todo mi entusiasmo.

A que sitien mi cerebro allá por la parte derecha.

Yo no quiero ser otro número de diez dígitos más.

Lo que yo quiero es ganar dinero porque aquí no se puede vivir de otra forma.

¿Ves que en el fondo no soy tan antisistema?

Ganar como para quitar de trabajar a mi compañero que está muy guapo vestido de domingo y con la cara descansada. Para que se dedique a lo que quiera y no a lo que tiene que hacer.

Ganar lo suficiente como para no tener que separarme a diario de mi niña, como para que no se tenga que conformar.

Porque si quiero que sea una adulta inconformista me parece una incongruencia someterla antes al conformismo.

Ganar dinero haciendo lo que realmente me gusta.

Ganar dinero con mis pasiones.

Con mi misión.

Eso quiero.

Ganar para comer y vestirnos decentemente.

Lo que haga falta para viajar en familia de vez en cuando.

Ganar lo suficiente para poder disfrutar bien de lo gratuito de la vida.

Yo lo que quiero es criar sin prisas. Con él. A mi niña. A la suya. A nuestras hijas.

Con más amor.

Sin preocupaciones.

Con creatividad.

E imaginación.

Yo lo que quiero es seguir leyendo y escribiendo sobre las cosas que me gustan, las que le hacen bien al mundo.

Yo lo que quiero es no ser la esclava de nadie.

Que ningún jefe sea mi dueño, que empiezan por un horario y te acaban diciendo como pintarte o como criar para continuar sometiendo.

Yo lo que quiero es tener tiempo para mi huerto.

Para hacer jabones.

Y pan.

Para escribir.

Para colorear.

Para tejer.

Para respirar.

Yo lo que quiero es no tener despertador.

Sentir mi cuerpo.

La textura del agua al bajar por mi garganta.

Vivir "pa' dentro" cuando no haya luna.

Hacia fuera en el plenilunio.

Yo lo que quiero es ser libre.

Y que mi familia también lo sea.

Y todas las buenas personas.

Yo me readapto al sistema, pero de forma ecológica, para ello primero me quiero olvidar del reloj.

Seguir al sol.

A la luna.

A mí misma.

A mi peque.

Su corazón. Mi estrella de oriente.


Yo lo que quiero es rechazar la enésima oferta de trabajo sin miedo. No aceptarla para dejarlos en un par de meses como hago siempre, últimamente.

Y es que yo no me entendía.

No sabía que quería.

Pero ahora por fin sí.

Yo no quiero un buen trabajo.

Yo quiero mi libertad.

Mi felicidad. Y la de quienes me rodean.






Para hacer felices a los demás tienes que ser feliz tú antes.




29 ago 2016

Lo llaman derrota y no lo es

Ayer estuvimos de reencuentro entre amigas de toda la vida. Echamos un día estupendo de piscina donde comimos, bebimos, jugamos y reímos adultos y niños de distintas edades. Para mí significó una buena recarga de pilas. ¡Qué bien se está cuando se está bien!

Una de mis amigas que es madre desde hace 14 meses hizo un comentario que me ha hecho pensar estos dos días, hablando del tema de los métodos para dormir, Estivill, colecho, etcétera. Y fue: "Yo tengo compañeras que han dejado llorar a sus hijos pocos minutos cada noche durante una semana pero los resultados, ahí están. Ellos duermen toda la noche y yo en mi derrota me pregunto siempre ¿qué estoy haciendo mal?" Ellas (mi amiga y su hija) aún siguen lactando y durmiendo juntas.

Y me veo. Me reconozco en ella.

Yo también he sentido la derrota, yo también he fantaseado con métodos poco respetuosos para dormir a mi retoño. He sufrido noches interminables llenas de despertares. Y el mal humor por no dormir ni un tercio de lo que mi cuerpo me pedía.

Y mientras que iba descartando métodos, nuevos caminos, mi hija ha ido creciendo. Su sueño ha ido madurando, tal y como había leído a los autores justos, a los que están a favor de los niños. Yo consigo descansar más. Y ella también. Todos estamos mejor. Tengo una niña con mucha energía así que es fundamental que duerma de noche para poder descansar ambas.

Ahora veo las cosas con un poco más de perspectiva y puedo decirle a mi amiga que "No es una derrota". Es sólo que vivimos en una sociedad en la que parece que todo debe estar programado. Cronometrado. Los niños tienen que cambiar rápido. Estamos deseando pasar a la siguiente fase para echar de menos la anterior. Es de locos.
Al final no logramos disfrutar de los momentos porque estamos siempre aguardando la etapa siguiente. Y no nos planteamos algo tan simple como que nuestros hijos crecen muy deprisa, es fundamental que se sientan acompañados y cobijados en su infancia.

Lo he dicho muchas veces: A mí lo que más me agota de la maternidad no es la incombustible energía de mi hija sino los comentarios, los juicios, los consejos, las críticas constantes, el "Así tienes que hacer". La falta de apoyo. De ayuda verdadera. La que yo necesite en el momento concreto. No la que la gente quiera darme. No necesitaba por ejemplo "una noche de teatro para dos" cuando mi hija tenía dos meses como pretendían regalarme entonces y rechacé.

Lo que me sobra es la gente remando en contra.

Esto lo he hablado muchas veces con algunas amigas y ellas también están de acuerdo.

¿Por qué nos molestan tanto los comentarios, juicios, consejos, críticas si tenemos tan clara nuestra forma de criar?:

1) Porque nada hay más experimental y difícil como ser padres.

2) Porque precisamente por ser tan experimental contrasta con la forma en la que se criaba hace 30 años, cuando mis amigas y yo fuimos niñas.

Es decir, yo puedo leer mil libros sobre crianza respetuosa, pero si tengo grabadas a fuego las formas de antaño y recibo una crítica, algo dentro de mí se tambalea. Defenderé la lactancia materna, el colecho, el contacto constante, etcétera, de forma pasional, como una nueva conversa. Para escucharme a mí misma, para seguir convenciéndome. Hasta llegar a un momento más comedido.

Pero no, amiga mía: "No estás fallando en absoluto, estás creando un bonito vínculo con tu hija. Disfruta del ahora y piensa que algún día todo el sueño que estás pasando ahora será algo anecdótico". Y vaya por delante que no pretendo juzgar con este post, ni crear bandos. Los bandos me interesan cada vez menos. Cada uno lo hace lo mejor que puede y una no es mejor ni peor madre por utilizar método o no con sus hijos. Mis críticas han dejado de ir a las madres. Van al sistema y a quien gana dinero aprovechándose de la inexperiencia y las circunstancias de las familias. Léase (un) apellido catalán aquí si se desea.


22 ago 2016

Pues en mis tiempos...

¿Eres madre primeriza y la gente te trata como si no tuvieras ni idea de lo que estás haciendo? Quizás te suenen algunas de estas frases.

Nota: "En mis tiempos" también puede ser leído como "Pues antes"

¿Plan de parto? En mis tiempos nos fiábamos de los médicos que para algo han estudiado una carrera. ¿O sabes tú más que ellos?

En mis tiempos se dejaba llorar a los bebés porque así hacen pulmones. ¿De que te ríes? Es bueno para ellos, de verdad. Lo dicen los pediatras.

En mis tiempos una bofetada a tiempo los ponía más derechos que una vela. Prueba, verás como no te dominan más.

En mis tiempos se daba el pecho cada 3 horas. ¿Que tenia más hambre? Pues una ayudita, un bibi de 125 y ya está. ¿Para qué te complicas la vida tanto, mujer?

En mis tiempos se decía que más de 4 meses la leche materna no alimentaba. ¿No lo ves? ¿Ese niño está muerto de hambre? Déjate de teta y dale un entrecot con patatas.

En mis tiempos los niños hacían lo que decían los padres, que para eso somos nosotros los adultos y sabemos.

¡Ah, sí! Los niños saben latín, eso se ha dicho toda la vida. Ándate con cuidado que cuando menos te lo esperes se aprovechan de ti.

En mis tiempos se hacía lo que decía el maestro sino te daban, el maestro y tus padres, pero mira que bien he crecido yo.

En mis tiempos los niños corrían y jugaban solos en la calle y eran más felices que ahora.

¿Pañales de tela? ¡Sois más antiguos que los balcones de palo! Eso se usaba en mis tiempos.



¿Os son familiares? ¿Qué otras lindezas os han dicho? ¿Queréis compartirlas? Podéis dejarlas en los comentarios. Que eso en mis tiempos no se hacía. En mis tiempos la gente hablaba cara a cara. 😉





19 ago 2016

Crecimos con el "Mi marido me pega"

Con las olimpiadas y los titulares que están generando los periódicos este verano, así como algunos comentarios (muy) desafortunados, hay bastante debate en torno a feminismo y formas de expresarnos. La verdad es que en estos días de ebullición me doy cuenta de que vivimos en un mundo machista difícil de cambiar. Básicamente porque no vemos claras ciertas señales que deberían estar muy claras ya. Y no hablo sólo de España, a través de las redes sociales han llegado a mis manos, o, mejor dicho, a mis ojos, titulares de Estados Unidos, Inglaterra o Italia, donde por cierto ha sido sonado el despido del director del periódico deportivo "Il Resto del Carlino" por el titular que dictaba: "Il trio delle cicciottelle sfiora il miracolo olimpico" (El trío de las gorditas roza el milagro olímpico). Tras el revuelo que generó la redacción de este título el autor pidió disculpas, su intención no era la de discrimar. Pero fue demasiado tarde. Su gesto "desde el cariño" le costó el puesto de trabajo.

Coincido con la mayoría de las blogueras a las que leo. Con mis amigas (y amigos) feministas. Queda mucho camino y me indigno tal y como lo hacen ellas. Las cosas están cambiando pero no a velocidad de competición olímpica.

Y reflexiono y me viene a la mente una frase que se decía "en plan broma" entre los hombres de la generación de mis padres, algo que hoy no se toleraría. Algo que los mismos que pronunciaban la frasecita hace 30 años hoy ni se les pasaría por la cabeza. Y es aquella expresión cuando se oía de nuevo en las noticias otro asesinato de una mujer a manos de su pareja. Aquel "Algo habrá hecho".

Mi generación creció en medio de esas expresiones y riéndose con Martes y Trece y su sketch  "mi marido me pega". Hoy se llamaría con todas las letras: APOLOGÍA DE VIOLENCIA DE GÉNERO y no tendría espacio en la televisión. Entonces no sé si a algunos adultos les hacía pensar, a mí como niña me hacía reír y ningún adulto me explicó nunca que no habría debido reír ante algo así, es más, no recuerdo ver a ninguno de ellos molesto por la escena.

Sé que hace poco Millán Salcedo ha pedido disculpas por el sketch. Hoy lo vemos todos muy claro, pero hace un par de décadas no tanto. Ni Millán ni nadie.


TODOS tenemos una responsabilidad de civismo. Vivimos en sociedad y hay que respetar si queremos ser respetados. Pero indudablemente hay personas con mayor repercusión mediática. Y desde luego mientras que las medidas políticas sigan siendo de risa el cambio seguirá siendo demasiado lento.

No quiero esperar dos décadas más para ver cambios. Llamadme impaciente pero los cambios los quiero YA.

Y es que ninguna mujer más debería sufrir maltrato. Sin peros que valgan.

Seguiremos denunciando misoginia, maltrato, machismo, pero esperemos que no sea por mucho tiempo. Espero que cada persona que se equivoque al escribir o al soltar alguna broma se dé cuenta y rectifique inmediatamente. O que alguien se lo haga ver rápido. Que los que ya han visto la luz iluminen a los que aún siguen en la ceguera.




14 ago 2016

No me escondo: Yo tampoco disfruté de mi parto

Ni de mi postparto. Tenía los puntos de una cirugía mayor: la cesárea que me hicieron para extraerme a mi hija...Me dolía y tenía que estar quieta en la cama mientras le daba la teta, así estaba en la gloria. Tumbadas barriga con barriga enamorándonos la una de la otra. Viviendo nuestro idilio.

Es verdad que a veces no me entendía, no lograba descifrarme debajo de aquella montaña (¿rusa?) de hormonas, de esa grandísima responsabilidad que se me vino de repente, de toda la inexperiencia de una madre primeriza, de ese inagotable cansancio que vivía encima de mí.

Recuerdo las compresas gigantes, las bragas de papel como las de la foto de la que habla Carme Chaparro en su artículo "Cosas naturales que nos dan vergüenza" Cuyo enfoque no me ha gustado nada. Coincido con ella en que se hable más, mucho más, de postpartos pero no de esa forma.

En mi opinión no ayuda en nada a cambiar la visión que la gran mayoría tiene de lo que significa dar a luz, esa que nos cuentan las películas: mujeres gritando, litotomías, luces de hospital, médicos que nos dicen como hacer, como si nuestros cuerpos de mujer no hubieran parido durante milenios...Su artículo no hace más que seguir metiéndonos miedo, más miedo aún del que ya teníamos antes, para bloquear aún más nuestro cuerpo.

Su artículo me despierta además mucha curiosidad, de saber cómo fue (han sido) sus partos, sé que es madre, no sé de cuantos niños. Porque detrás de muchas formas de actuar, de muchas formas de opinar están las formas de parir, esas que a menudo anulamos porque (creemos) es mejor para nosotras. No pensar, no sentir, no saber, demasiado. Miedo a indagar a acceder a la información. A entrar en nuestro cuerpo para saber como nos sentimos realmente.

Así que Carme, si quieres y con todo el cariño, de verdad, hablamos de puerperios, de violencia obstétrica, de hormonas, de emociones, de sentimientos, de postpartos, de lo normal y lo natural y de todo lo que tú quieras, me gustaría mucho compartir una conversación de mujer a mujer contigo. Una conversación directa de corazón a corazón. Descubrir tus miedos. Porque el origen de ese artículo no es más que el miedo. Hablarte de los míos. Y transformar ese miedo en amor. El que hace que no nos extingamos, el que hace poblar continuamente el planeta a pesar del empapador "de la vergüenza".

Estaré encantada de hablar de todo esto con cualquier mujer. Es mi tema favorito. Así que la que quiera, aquí me tiene.




8 ago 2016

Si es que somos muy malas

El texto "9 Non-Threatening Leadership Strategies for women" , rebautizado por mí como "Treat them gently, you bossy bitches!" cae en mis manos en una semana en la que le he tenido que poner las cosas claras a un vecino, por cierto médico, que no pediatra, (aunque tampoco me habría frenado, ya me conocéis). Le he parado los pies porque ya me tenía un poco harta de que se metiera en mi vida.

El buen señor, al que, por cierto, conocemos desde hace menos de dos meses, es decir, el tiempo que lleva viviendo aquí, resulta que cada vez que me veía (nótese el tiempo pasado) a mí con mi hija de tres años me daba un consejo (a veces incluso dos) no pedido, de gratis, lo que viene siendo por toda la cara, vamos. Y es que, claro, será que él tiene dos niñas de 8 y 11 años, es médico, es hombre y yo una simple mujer. Es evidente, tenía que guiarme cuan pastor que guía ovejas descarriadas hacia el rebaño. Hasta que el sábado pasado me hinchó las narices y le dije que no se metiera más en mi familia, que él no era nadie en mi vida como para darse ciertas licencias. Tendríais que haber visto como se volvió a meter en su casa con cara de ofendido y sin decirme ni media palabra. Fue un gesto torpe, impropio de una autoridad de bata blanca, más bien parecía un niño que corre para esconderse en las faldas de su mamá. Yo sé que muchas mujeres que me están leyendo reconocen situaciones similares. De verdad que es una pasada lo que tenemos que soportar, por no ser hombres. Muy a menudo nos tratan como a niñas, con un paternalismo nauseabundo que a mí personalmente me ha puesto siempre muy enferma.

Lo peor de todo es que cuando les haces notar que se están pasando 1) No te piden perdón (que tampoco es lo que una busca, a estas alturas del camino con que nos dejen en paz nos basta, ¿verdad?) y 2) Los ofendidos son ellos y nosotras somos las que nos quedamos con la cara a cuadros pensando que somos las malas de la película también en esta ocasión. Ya estamos comprometiendo nuestra condición de niñas buenas, buenas chicas, buenas mujeres tal y como nos quiere la sociedad. De verdad que una tiene que atravesar muchos estratos de sí misma para reunir las hagallas de pararle los pies a la gente y quedar como la antipática de la historia.

El reto es ése, librarnos de nuestras propias etiquetas, de las que nuestra familia, el colegio, la maestra de ballet, la de inglés, las amigas, nuestra vida, nosotras mismas hemos/han ido poniéndonos. Quizás cambiar simpática por antipática consiga quitarnos muchas presiones. Y es que hay días que una simplemente no tiene "el chocho pa farolillos". Así que repite conmigo, hasta trece veces (el número es importante) delante del espejo, si quieres, claro está:


"No soy simpática, soy antipática.Y no pasa nada."





2 ago 2016

Mujer mejor que señora

Siempre he preferido la palabra mujer a la palabra señora.

(Señora a señorita)

Mujer es más animal.

Te permite más flexibilidad.

Te conecta contigo misma.

La señora va mirando al mundo, pensando más en que dirán.

Mujer, cara lavada. Si quiere. Cuando quiere.

Señora siempre perfecta. Impecable.

Mujer, instinto.

Señora, misura.

Mujer sinónimo de loba. De leona.

Señora, sinónimo de autómata. De robot.

El mundo necesita más mujeres que señoras.

Más hombres que señores.

Más niños felices.



Foto

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