¡Re-conecta ahora!


 ¿Desde que eres mamá te persigue la culpa? 
¿Sientes que no consigues llevar las riendas de tus emociones? 
¿Tienes la sensación de que no conectas con tus hijos?
¿Te parece que al conectar con ellos te olvidas de ti misma?
¿Quieres volver a recuperar ese equilibrio en el que todos ganáis?





Entonces estás en el sitio correcto

Soy mamá desde hace cuatro años y medio y como siempre digo:
"Nunca hice un viaje espiritual más intenso que éste".

La maternidad me puso del revés, me hizo tambalear e incluso tumbar muchas de mis creencias. Mis gustos literarios han cambiado totalmente. Donde antes había novelas ahora dan vueltas, por toda la casa, libros de psicología infantil, libros escritos por madres y sus experiencias, libros de ginecólogas, de obstetras, psiquiatras que me han inspirado y guiado desde el principio. Pero también leer y seguir a grandes mujeres en la red o formarme con ellas ha sido fundamental. Un gran número de profesionales que se han valido de sus conocimientos y su propia experiencia como madres para desarrollar una metodología siempre basada en el amor y la escucha activa. Es leyendo de forma ávida, pero sobre todo viviendo mi maternidad en el marco de nuestra propia historia (la de mi hija y la mía) no exenta de cambios muy intensos, que he ido ocupando mi cuerpo. Siempre digo que la maternidad me hizo bajar a él y será por eso que empecé a leer a autoras que hablan sobre cicliciad femenina. Así acabé haciendo cursos y formándome en el funcionamiento del cuerpo femenino antes y después de ser madres. Con todo lo que he leído y aprendido desde fuera y lo que he aprendido dentro de mi cuerpo y de mi propia experiencia como madre he confeccionado este programa:






Reconéctate a tus hij@s


Este curso es para ti si eres mamá o estás embarazada y:
  • Tienes la sensación de estar siempre cansada.
  • Sientes que no consigues llegar a todo.
  • Necesitas más horas en tu día.
  • Te sientes sola en tu maternidad. 
  • Tienes falta de apoyo de tu entorno.
  • Sientes que no sabes gestionar los conflictos con tus hijos.
  • Estás embarazada de tu primer hijo y quieres sentirte preparada para lo que viene.
  • Estás embarazada y ya tienes hijos y quieres aprender a organizarte mejor.
  • Sientes que no llegas a las necesidades de tus hijos al cien por cien.
  • Te sientes culpable porque no consigues darle a tus hijos lo que necesitan.
  • Notas que te estás descuidando, que te olvidas de ti misma.
¿Cuál será el destino al que llegarás?

1) Aprenderás a sacar el mejor partido de cada momento fisiológico en el que te encuentres.
2) Tendrás las herramientas para entender mejor las necesidades de tus hij@s
3) Aprenderás a leerte a ti misma. A conocerte mejor y a aumentar tu autoestima.
4) Te liberarás de la culpa destructiva.
5) Sabrás gestionar mejor los conflictos con los más pequeños
6) Tendrás las herramientas para reducir los conflictos en casa.
7) Crearás un ambiente familiar de Ganar-Ganar, en los que ningún miembro de la familia se sentirá olvidado.
8) Tendrás un rol principal en la crianza y educación de tus hijos.
9) Sentirás equilibrio y abundancia en tu día a día.

  BLOQUES:

1. Las malas madres no existen. En el que hablaremos sobre las expectativas de las madres antes de serlo, la realidad tras convertirnos en ello. Sobre la guerra de las madres y sobre la ciclicidad de mamá.

2. Todos los niños somos buenos. En el que trataremos las necesidades más importantes de los bebés y niños pequeños. Aprenderemos a formular enunciados respetuosos para con nuestros hijos. Y a usar recursos para reducir los conflictos.

3. Lo que los demás piensen de mí o de mi maternidad no es asunto mío. Sabemos que la presión exterior puede llegar a tener bastante peso en nuestras decisiones. Aprenderemos a gestionar nuestra maternidad de forma asertiva y empoderada para que no sintamos que perdemos el control de lo que nos corresponde a nosotras.


DURACIÓN Y FORMATO DEL CURSO:

El curso tiene una duración de dos meses. Desde el 24 de abril hasta el 24 de junio. (Que termine el 24 de junio es simbólico. Tras el solsticio de verano dejaremos nuestro viejo yo y entraremos en la estación del verano, que es la más maternal, como veremos en el curso, recargadas de energía y llenas de empatía).

Una vez cada dos semanas te llegará un PDF a tu e-mail. Tendrás dos semanas para leerlo y trabajarlo. Para reflexionar. 

Cuando pasen las seis primeras semanas entraremos en la parte práctica. Antes haremos también pequeños ejercicios.

Nos encontraremos en un grupo cerrado de Facebook y un grupo en whatsapp abierto las 24 horas durante los dos meses que durará el curso para sentirnos acompañadas en todo momento en este viaje.

Además de esto tendremos tres reuniones en una plataforma on line. 

Testimonios de alumnas en mi curso anterior Reconecta con tu cuerpo. Conecta con el mundo:

"Para mí ha sido un curso lleno de cosas super importantes como es el propio reconocimiento del cuerpo, desde que empecé a hacer el curso algo cambió en mí. Llevo dos meses sin dolor menstrual cuando siempre me había dolido mucho, pero ahora conecto con mi útero, mis ovarios y no los rechazo sino que conecto con ellos. También me he dado cuenta de muchas cosas como mujer que antes no valoraba, me he vuelto feminista cuando antes he sido muy tonta y permitía cosas que son machistas, en definitiva me ha cambiado muchísimo a mucho mejor. Ahora me quiero como soy, quiero mi cuerpo, mi menstruación y toda la feminidad en completo. Gracias Ana, de verdad sabía que iba a ser increíble y lo confirmo." Jenifer


"El curso ha llegado en un momento crucial en mi vida, aprendí a no martirizarme tanto por cosas que no puedo cambiar y a sentirme poderosa a más no poder y a ser capaz de defenderlo ante cualquiera. Enriquecedor, sin duda..." Bella



"Ana transmite una super energía positiva. Sus palabras, en los módulos, te abren a un mundo nuevo. Yo soy más consciente de mi ciclicidad y de mi influencia lunar. Vivo mejor mis 4 fases y me he ¡Descubierto a mí misma! ¡Todo gracias a ella! ¡Un curso que aconsejo a todas! Como dice una de mis frases favoritas del mismo: "Yo, siempre, a salvo" 😉 Federica 



"Este curso no podía tener un nombre más acertado, RECONECTA.
Realizarlo me ha ayudado a parar, ser más consciente y desconectar del piloto automático en el que funcionaba. Reconciliarme con mi menstruación, amarme tal y como soy, empoderándome. 
Ana es un amor, está lejos pero parece que esté aquí cerquita mía, además la conexión que se ha creado en el grupo ha sido especial, mujeres compartiendo dudas, preocupaciones, experiencias, dándonos comprensión y apoyo mutuo.
Estoy muy contenta de haber aprovechado esta oportunidad." Gloria

 "Este curso me ha acompañado en momento de cambio y punto de inflexión en mi vida, mi maternidad y mi feminidad. Además te acerca a mujeres que aún con vidas y situaciones distintas sienten lo mismo que tú. La sensación que me ha dejado es la de pertenencia al grupo pero a través de un trabajo interior. Reconecta y empodera." Victoria

"Sobre Reconecta y haber conocido a la maravillosa mujer Ana Gálvez, puedo contaros que me llevo un grupo de mujeres que aunque no conozco personalmente nos apoyamos y compartimos valiosísima información. Gracias a este grupo me he empoderado y he aprendido a rebelarme contra los ataques que sufrimos como género.
He vislumbrado mi camino y este se andará entre mujeres, he aprendido, o estoy en el camino, a no juzgarnos, y ahora siento que todas las mujeres nos encontramos unidas por hilos invisibles y no dudaré en ofrecer mi apoyo a cualquier mujer que necesite mi ayuda.
Entre todas conseguiremos un mundo mejor. Gracias por todo." Lubna





EMPEZAMOS EL 24 DE ABRIL





INVERSIÓN 150€ 



O 2 CUOTAS DE 79€






PERO LLÉVATELO AHORA POR TAN SÓLO

 90€ (SÓLO HASTA EL 19 DE ABRIL)





PACK RECONECTA CON TU CUERPO. CONECTA CON EL MUNDO + RECONÉCTATE A TUS HIJOS  

AHORA POR TAN SÓLO 165€  (INVERSIÓN NORMAL 265€, AHORRAS 100€, sólo hasta el 19 de abril)





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TRÁETE A UNA AMIGA Y LA INVERSIÓN SERÁ SÓLO DE 150€ 
(OFERTA VÁLIDA PARA CINCO INSCRIPCIONES, ¡DATE PRISA! 😉).



Mostrando entradas con la etiqueta Las cosas por su nombre. Mostrar todas las entradas
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23 sept 2016

El bebé es un mamífero, su madre, su padre y los médicos también.

Volviendo de las vacaciones, en el coche, tuvimos tiempo para hablar. Sobre crianza, sobre el cuerpo, sobre desaprendizaje, sobre conexión. Mis temas favoritos. Comentábamos que era increíble tener que recurrir a libros para criar, para parir, para conectar entre nosotros. Con nuestras crías.

Últimamente Aristóteles me cae regular. Y es que en filosofía en el instituto no me dijeron que este hombre, como tantos otros griegos coetáneos, padecía de misoginia. Ahora que no hago más que leer y hacer cursos y seguir a mujeres que me inspiran muchísimo he sabido que nos consideraba seres incompletos, por el simple "fallo" de no tener falo. Al parecer, gestar bebés, parirlos, nutrirlos y tener la capacidad de cuidarlos no le parecía suficiente. ¡Bah! Eso lo hace cualquiera! Cualquiera excepto los poseedores de falo, que hacen otras cosas, claro. Pero hay una frase suya que siempre repito "El hombre es un animal social". Rousseau, con una sensibilidad mayor también lo admite para horror de Voltaire y tantos otros filósofos de la época. Hablamos de cien años antes de Darwin.

Y hablando de animales y de humanos y de capacidad de parir y de nutrir me estuve acordando de lo que me ha contado mi madre estos días que he estado en casa.

Ella trabajó muchos años en un hospital. Aunque no es médico, ni enfermera ha estado muy en contacto con personal sanitario siempre. Me hablaba del "goteo" que es una anestesia general que al parecer se usaba mucho en los 70 y 80 para dormir a las mujeres durante los partos, por aquello de que no molestaran sufrieran tanto.

Al parecer había una eminencia en los años que ella parió, en el hospital en el que desempeñó su trabajo, que decía que "las mujeres no somos animales" justificando así el uso de herramientas varias en paritorio.

Y yo pensaba en un médico francés. Siento verdadera admiración por los médicos que no se quedan exclusivamente con lo que han aprendido en la facultad, con lo que les dicen otros médicos. Siento admiración por los médicos que son capaces de mirar (viendo) otras culturas, sin juicios, sin neocórtex, con verdadero interés y ganas de aprender. Pero sobre todo, de cambiar el mundo. Michel Odent es uno de ellos. Adoro leer con que pasión habla de la necesidad de inhibir el neocórtex para cualquier proceso sexual, sobre todo se centra en el parto.

"Cualquier inhibición, sea durante el parto sea durante cualquier otro episodio de la vida sexual, procede del neocórtex. Es por ello que, en un parto que se desarrolle espontáneamente, según el "método de los mamíferos", llega un momento en el que la mujer parece que desconecte del mundo y se vaya a otro planeta. Este cambio de estado de conciencia indica la reducción del control por parte del neocórtex. Es entonces cuando la futura madre se siente libre y se atreve a gritar, a abrir sus esfínteres, olvida lo que ha aprendido, lo que le ha transmitido su cultura, lo que es "de buena educación". No hay mejor manera de conseguir que un parto sea largo, difícil, más doloroso y, claro está, más peligroso, que estimulando el neocórtex, la cuna de todo tipo de inhibiciones . Se puede estimular el neocórtex mediante la luz, utilizando el lenguaje racional, lógico o comportándose como un observador. En cambio, la sensación de intimidad nos indica que el neocórtex ha reducido su control". Dice en su maravilloso y necesario libro "El bebé es un mamífero".

Hablando con mi amiga María de estos temas me contaba la competitividad que existe entre matronas y ginecólogos (su tía es matrona y le cuenta). De como cuando pasa demasiado tiempo y la parturienta no ha dado a luz aún, llega el médico, reloj en mano, metiendo prisa y añadiría "sólo" (y sólo porque estos días ando políticamente correcta): "Activando el neocórtex".

Es una pena que para encontrarnos a nosotros mismos, para volver a conectar con nuestra biología, con nuestra naturaleza más primal, para aprender a respetar nuestro cuerpo, a nuestros hijos y al vecino tengamos que recurrir a los libros. Aunque claro está, peor es nada.

Con todo esto he llegado a la conclusión de que al mundo le falta ternura y doulas en paritorio...De lo que sobra no voy a hablar. Porque pienso como el Dr. Odent:

"Para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de nacer"


16 sept 2016

Se tiene el listón bajo

Señora, no me diga más que mi hija se ha portado estupendamente mientras estaba con usted, que es muy obediente.

Que se me eriza el vello de todo el cuerpo.

¿Acaso no ve las noticias?

Yo sé que más que yo.

¿No oye de violaciones, de maltratos, de muertes?

Bien, usted piensa que las chicas de hoy son tontas y se van con quien no tienen que ir.

Y así nos va, mientras sigamos pensando que las "que se lo buscan" son ellas seguirá pasando.

¿Pero no oye o dice usted misma que tal asesino, o tal maltratador no lo parecía?

¿Que era un chico estupendo, un marido ideal un vecino educado?

¿Entonces de qué estamos hablando?

Claro que una se confía.

Y es que, ¿Sabe usted lo que pasa?

Que el listón está bajo. muy bajo. Bajísimo.

Está tan bajo que nos enamoramos del primer tipo que nos deja paso en el tráfico.

Del primero que nos dice un piropo por la calle, porque es romántico y pura galantería.

Porque nos enseñan a amar de forma masoquista.

Con mucho castigo.

Ahora te quiero, ahora ya no, o bueno, sí, aunque tú no sientas mi amor. 
Hemos crecido  con la idea romántica absurda de que el amor bien demostrado viene de parte de una margarita, o no.




15 sept 2016

Una mujer se suicidó ayer en Italia

A veces es duro vivir en dos países.

En realidad vivo sólo en uno. Pero me entero de lo que pasa, principalmente, en dos. Aunque a menudo me gustaría que no fuera así, ya sabéis, por evitar dolor.

Y es que las noticias más terribles, me llegan de un lado y de otro. Sobre todo cuando tienen como (sujeto) objeto directo  a las mujeres. A la mujer.

En este caso una amiga italiana tremendamente compungida y asqueada por esta triste noticia me ha pedido que leyera el post que había compartido en su muro de Facebook y que a continuación compartí yo también. Emocionante, desgarrador, escrito de la mano de un hombre feminista. Sí, es verdad. ¡Cuánto nos emocionan los hombres que escriben a favor de las mujeres! Como si esto no tuviera que ser lo normal. Es un valor añadido el que tienen estos hombres.

Las mujeres, sin embargo, tenemos que ser mucho más. Buenas chicas, modositas, castas y puras. Aunque muy putas cuando somos objetos de ellos (no de los hombres de verdad, sino de los misóginos) Cuando ellos quieren. Para que luego ellos decidan con quien compartir un video sexual  en el que apareces tú, si con un amigo o con todo el mundo, porque en este mundo global basta con compartir en la red. De todos modos él tiene justificación porque es "el despechado".

Y mientras tú a ser una Geisha postmoderna. Calladita estás más guapa. Vive con tu culpa. Él ninguna. Es un hombre. Tú, aséptica. Limpita. Depilada totalmente. Sin olores ni dolores. No quieren tus lágrimas. Los tipos que no son hombres de verdad. No sientas, limítate a gemir. Continúa siendo un objeto.

Ellos son los dueños del mundo y de todos modos te criticarán por ser mujer. Siempre. Hagas lo que hagas.

Si ellos hacen lo que haces tú son unos machotes. Nunca unos "putos". La palabra tiene hasta gracia. No tiene sentido. Creo que ni existe. A ver si luego la busco en el Diccionario de la Real Academia Española. De todos modos, para qué fiarte. Académico es Pérez Reverte y su amigo Javier Marías, amantes de armas y odiadores de mujeres. En italiano existe "puttana" pero no "puttano", "troia" que es un sinónimo muy elocuente que nos recuerda el mito de Elena de Troya (otra pecadora más de las filas) pero no "troio", o "zoccola" pero no "zoccolo" (bueno esta palabra sí que existe, significa "zueco" ya sabéis, el zapato) y así un largo etcétera, porque parece que nunca hay bastantes etiquetas para colocarle a una "mala mujer".

Mientras que los misóginos estén bien arriba. Mientras que los hombres sigan interrumpiendo a las mujeres. O plagiándolas. Cosificándolas. Violándolas entre cinco. Matándolas. Maltratándolas de mil maneras. Colgando videos comprometidos en la red sin nuestro permiso. Éste seguirá siendo un mundo de mierda. Y que luego te hablen de cielo y de infierno. Y del valle de lágrimas de la Edad Media. ¿Entonces dónde cojones vivimos ahora?

¿Acaso vosotros no vivís la vida?¿No sois vulnerables también?¿No hacéis felaciones, o cunnilingus? ¿Nunca habéis hecho un video aunque lo hayáis borrado a los dos minutos?¿Estáis libre de pecado también? Pecado... ¿Pero qué pecado? ¿Quiénes os creéis para juzgar a nadie? ¿Para etiquetar como pecado la vulnerabilidad de una persona?

¿Qué ha cambiado desde aquel "quién esté libre de pecado que tire la primera piedra"?

¡Una pena que los colonizadores de las Américas no se hubieran dejado evangelizar ellos por el "nuevo mundo"! El del taparrabo, el libre de tabúes. El del contacto con el cuerpo y con el propio instinto. El libre de culpa. Porque otro gallo estaría cantando en estos momentos.

¿A qué clase de mundo estamos trayendo hijas?

  • Mientras que las malas de los cuentos sigan siendo las mujeres aunque en la vida real las princesas sean violadas o matadas por hombres las cosas no cambiarán.

  • Mientras que los únicos que nos puedan salvar sean ellos. Los príncipes rescatadores, las niñas seguirán creciendo con demasiadas expectativas.

  • Mientras que las mujeres no seamos tan "libres" como los hombres este mundo seguirá siendo injusto y machista.

Una mujer se suicidó ayer en Italia.

Se llamaba Tiziana Cantone.

Tiempo atrás habían colgado en las redes un video en el que le hacía una felación a un tipo. Y tuvo que soportar como la gente la insultaba en vivo y en las redes sociales. Intentó cambiar de vida y hace un mes suicidarse sin éxito, hasta que ayer finalmente lo consiguió.

Fue doble pecadora, por hacer lo que hizo en vida y por morir como ha muerto. ¿Quién es ella para quitarse su propia vida? En el país donde tiene sus raíces el Vaticano. Raíces como troncos milenarios.

Una mujer murió ayer en la cruz, después de haberla acarreado durante meses. Murió por sus pecados, por los de todas las mujeres. Por ser demasiado suelta. Por jugar con fuego, con lo prohibido. Por desafiar a un hombre.

Como me habría gustado haberla conocido. Haberle hablado. Haberla abrazado. Haberla mirado a los ojos para decirle:
  • que era un ser puro
  • que la culpa no existe, es sólo una invención social
  • que podía cambiar de vida de verdad
  • que viviría una grandísima tormenta pero que algún día pasaría y sería una mujer renacida, fuerte y capaz de afrontar cualquier dificultad.
  • que el mundo es grande y hay sitio para todos
  • que no estaba sola
Una mujer se suicidó ayer en Italia.

Una mujer se fue de este mundo sucio, cruel e hipócrita. O en palabras del autor del post al que me he referido al principio: "Tiziana è morta perché in Italia, il piacere è ancora singolare maschile, e le tentazioni sono sempre plurale femminile" (Tiziana está muerta porque en Italia, el placer es aún masculino y las tentaciones son siempre femeninas) Y yo añado que por desgracia no sólo en Italia existe aún esta forma de ver las cosas.

Descansa en paz Tiziana Cantone.


7 sept 2016

Conciliar. Vivir. Ser feliz.

Dice Niels Bergman que para que un recién nacido se desarrolle tiene que estar en contacto con su madre. Sino se limitará, o no, a simplemente "sobrevivir".

Sobrevivir a secas es mediocre. Triste. Poco moderno.

Si gozamos del gran privilegio de venir a este mundo no es para ser mediocres. Es para destacar. Brillar. Para vivir intensamente. Lo mejor posible. Siendo felices.

Él, como muchos otros científicos, habla de la Exterogestación. El periodo que un recién nacido necesita de contacto físico con su madre y crecer lo más sano posible tras nacer. Alrededor de 9 meses.

Porque ya cada vez tenemos más claro, y nos demuestra la ciencia, además de las filosofías orientales, que no existe separación cuerpo/mente/emoción.

Las neurociencias están al servicio y al alcance de todos. Pero sobre todo le ponen voz a los bebés, que son los últimos de la fila. Y lo que nadie te cuenta es que ellos tienen sentimientos. Que no tengan el don de la palabra no significa que no tengan sentimientos. Me repito. Porque es necesario. Precisamente porque no saben expresarse ni se pueden mover libremente es por lo que nos necesitan más.

Si nuestros niños crecen colmados, con sus necesidades "básicas" más que cubiertas serán más felices y como consecuencia crecerán más sanos. Una necesidad básica es precisamente la del contacto físico, no olvidemos que somos mamíferos. No es casualidad que el primer sentido en sentir y el último en dejar de hacerlo sea el tacto. Se enfermarán menos. Por ende sus padres faltarán menos al trabajo y la sociedad podrá ser tanto reproductiva como productiva. Un poco como es ahora pero en versión mejorada.

No paramos de oír que necesitamos que aumente la tasa de natalidad, pero ¿cómo nos vamos a animar a tener más hijos si luego estamos obligados a abandonarlos rápidamente?

La conciliación no sólo beneficia a los bebés, sino a sus madres y a sus familias.

Cuando una madre ha vivido bastante tiempo al lado de su hijo recién nacido al volver al trabajo lo hace con más ganas, puesto que no deja atrás a un ser tan inofensivo. Se siente más tranquila, más segura y es capaz de dar más. Y esto revierte positivamente en la sociedad y en el sistema.

Pero hoy día la maternidad se vive en soledad por la forma de vida que impera en las ciudades. De ahí la importancia de que los padres se queden más tiempo con sus mujeres e hijos. Para repartir tareas.

Además un niño sigue necesitando a sus padres también cuando deja de ser un bebé. Y mucho. De ahí la importancia de tener horarios de trabajo compatibles con la familia. Humanos. Flexibles.

Si los países nórdicos pueden, los del sur de Europa también, después de todo compartimos Unión ¿no? Por algo será.

Tenemos el deber de apreciar la vida. Porque es un regalo. Por tanto vivirla lo mejor posible debería ser una obligación.

Esta semana las madres, los padres, las mujeres, los hombres, podemos contribuir a conseguir un mundo mejor, gracias a esta acción que está tomando fuerza en las redes sociales:

Quedadas en Twitter, porque #ConciliarEsVivir y necesitamos #ConciliAcción

¿Te unes a la causa?



6 sept 2016

Yo no quiero un buen trabajo.

No quiero un trabajo chulo donde gane mucho dinero.

No quiero trabajar para nadie.

De hecho no quiero trabajar, así, a secas.

En realidad nunca he querido, por eso no llevo 15 años en el mismo sitio.

Seré una inconstante.

Una inconsciente.

Pero en el fondo llevo toda la vida resistiéndome a vivir siempre cansada.

O harta.

Sin energías.

Resistiéndome a que me roben todo mi entusiasmo.

A que sitien mi cerebro allá por la parte derecha.

Yo no quiero ser otro número de diez dígitos más.

Lo que yo quiero es ganar dinero porque aquí no se puede vivir de otra forma.

¿Ves que en el fondo no soy tan antisistema?

Ganar como para quitar de trabajar a mi compañero que está muy guapo vestido de domingo y con la cara descansada. Para que se dedique a lo que quiera y no a lo que tiene que hacer.

Ganar lo suficiente como para no tener que separarme a diario de mi niña, como para que no se tenga que conformar.

Porque si quiero que sea una adulta inconformista me parece una incongruencia someterla antes al conformismo.

Ganar dinero haciendo lo que realmente me gusta.

Ganar dinero con mis pasiones.

Con mi misión.

Eso quiero.

Ganar para comer y vestirnos decentemente.

Lo que haga falta para viajar en familia de vez en cuando.

Ganar lo suficiente para poder disfrutar bien de lo gratuito de la vida.

Yo lo que quiero es criar sin prisas. Con él. A mi niña. A la suya. A nuestras hijas.

Con más amor.

Sin preocupaciones.

Con creatividad.

E imaginación.

Yo lo que quiero es seguir leyendo y escribiendo sobre las cosas que me gustan, las que le hacen bien al mundo.

Yo lo que quiero es no ser la esclava de nadie.

Que ningún jefe sea mi dueño, que empiezan por un horario y te acaban diciendo como pintarte o como criar para continuar sometiendo.

Yo lo que quiero es tener tiempo para mi huerto.

Para hacer jabones.

Y pan.

Para escribir.

Para colorear.

Para tejer.

Para respirar.

Yo lo que quiero es no tener despertador.

Sentir mi cuerpo.

La textura del agua al bajar por mi garganta.

Vivir "pa' dentro" cuando no haya luna.

Hacia fuera en el plenilunio.

Yo lo que quiero es ser libre.

Y que mi familia también lo sea.

Y todas las buenas personas.

Yo me readapto al sistema, pero de forma ecológica, para ello primero me quiero olvidar del reloj.

Seguir al sol.

A la luna.

A mí misma.

A mi peque.

Su corazón. Mi estrella de oriente.


Yo lo que quiero es rechazar la enésima oferta de trabajo sin miedo. No aceptarla para dejarlos en un par de meses como hago siempre, últimamente.

Y es que yo no me entendía.

No sabía que quería.

Pero ahora por fin sí.

Yo no quiero un buen trabajo.

Yo quiero mi libertad.

Mi felicidad. Y la de quienes me rodean.






Para hacer felices a los demás tienes que ser feliz tú antes.




29 ago 2016

Lo llaman derrota y no lo es

Ayer estuvimos de reencuentro entre amigas de toda la vida. Echamos un día estupendo de piscina donde comimos, bebimos, jugamos y reímos adultos y niños de distintas edades. Para mí significó una buena recarga de pilas. ¡Qué bien se está cuando se está bien!

Una de mis amigas que es madre desde hace 14 meses hizo un comentario que me ha hecho pensar estos dos días, hablando del tema de los métodos para dormir, Estivill, colecho, etcétera. Y fue: "Yo tengo compañeras que han dejado llorar a sus hijos pocos minutos cada noche durante una semana pero los resultados, ahí están. Ellos duermen toda la noche y yo en mi derrota me pregunto siempre ¿qué estoy haciendo mal?" Ellas (mi amiga y su hija) aún siguen lactando y durmiendo juntas.

Y me veo. Me reconozco en ella.

Yo también he sentido la derrota, yo también he fantaseado con métodos poco respetuosos para dormir a mi retoño. He sufrido noches interminables llenas de despertares. Y el mal humor por no dormir ni un tercio de lo que mi cuerpo me pedía.

Y mientras que iba descartando métodos, nuevos caminos, mi hija ha ido creciendo. Su sueño ha ido madurando, tal y como había leído a los autores justos, a los que están a favor de los niños. Yo consigo descansar más. Y ella también. Todos estamos mejor. Tengo una niña con mucha energía así que es fundamental que duerma de noche para poder descansar ambas.

Ahora veo las cosas con un poco más de perspectiva y puedo decirle a mi amiga que "No es una derrota". Es sólo que vivimos en una sociedad en la que parece que todo debe estar programado. Cronometrado. Los niños tienen que cambiar rápido. Estamos deseando pasar a la siguiente fase para echar de menos la anterior. Es de locos.
Al final no logramos disfrutar de los momentos porque estamos siempre aguardando la etapa siguiente. Y no nos planteamos algo tan simple como que nuestros hijos crecen muy deprisa, es fundamental que se sientan acompañados y cobijados en su infancia.

Lo he dicho muchas veces: A mí lo que más me agota de la maternidad no es la incombustible energía de mi hija sino los comentarios, los juicios, los consejos, las críticas constantes, el "Así tienes que hacer". La falta de apoyo. De ayuda verdadera. La que yo necesite en el momento concreto. No la que la gente quiera darme. No necesitaba por ejemplo "una noche de teatro para dos" cuando mi hija tenía dos meses como pretendían regalarme entonces y rechacé.

Lo que me sobra es la gente remando en contra.

Esto lo he hablado muchas veces con algunas amigas y ellas también están de acuerdo.

¿Por qué nos molestan tanto los comentarios, juicios, consejos, críticas si tenemos tan clara nuestra forma de criar?:

1) Porque nada hay más experimental y difícil como ser padres.

2) Porque precisamente por ser tan experimental contrasta con la forma en la que se criaba hace 30 años, cuando mis amigas y yo fuimos niñas.

Es decir, yo puedo leer mil libros sobre crianza respetuosa, pero si tengo grabadas a fuego las formas de antaño y recibo una crítica, algo dentro de mí se tambalea. Defenderé la lactancia materna, el colecho, el contacto constante, etcétera, de forma pasional, como una nueva conversa. Para escucharme a mí misma, para seguir convenciéndome. Hasta llegar a un momento más comedido.

Pero no, amiga mía: "No estás fallando en absoluto, estás creando un bonito vínculo con tu hija. Disfruta del ahora y piensa que algún día todo el sueño que estás pasando ahora será algo anecdótico". Y vaya por delante que no pretendo juzgar con este post, ni crear bandos. Los bandos me interesan cada vez menos. Cada uno lo hace lo mejor que puede y una no es mejor ni peor madre por utilizar método o no con sus hijos. Mis críticas han dejado de ir a las madres. Van al sistema y a quien gana dinero aprovechándose de la inexperiencia y las circunstancias de las familias. Léase (un) apellido catalán aquí si se desea.


22 ago 2016

Pues en mis tiempos...

¿Eres madre primeriza y la gente te trata como si no tuvieras ni idea de lo que estás haciendo? Quizás te suenen algunas de estas frases.

Nota: "En mis tiempos" también puede ser leído como "Pues antes"

¿Plan de parto? En mis tiempos nos fiábamos de los médicos que para algo han estudiado una carrera. ¿O sabes tú más que ellos?

En mis tiempos se dejaba llorar a los bebés porque así hacen pulmones. ¿De que te ríes? Es bueno para ellos, de verdad. Lo dicen los pediatras.

En mis tiempos una bofetada a tiempo los ponía más derechos que una vela. Prueba, verás como no te dominan más.

En mis tiempos se daba el pecho cada 3 horas. ¿Que tenia más hambre? Pues una ayudita, un bibi de 125 y ya está. ¿Para qué te complicas la vida tanto, mujer?

En mis tiempos se decía que más de 4 meses la leche materna no alimentaba. ¿No lo ves? ¿Ese niño está muerto de hambre? Déjate de teta y dale un entrecot con patatas.

En mis tiempos los niños hacían lo que decían los padres, que para eso somos nosotros los adultos y sabemos.

¡Ah, sí! Los niños saben latín, eso se ha dicho toda la vida. Ándate con cuidado que cuando menos te lo esperes se aprovechan de ti.

En mis tiempos se hacía lo que decía el maestro sino te daban, el maestro y tus padres, pero mira que bien he crecido yo.

En mis tiempos los niños corrían y jugaban solos en la calle y eran más felices que ahora.

¿Pañales de tela? ¡Sois más antiguos que los balcones de palo! Eso se usaba en mis tiempos.



¿Os son familiares? ¿Qué otras lindezas os han dicho? ¿Queréis compartirlas? Podéis dejarlas en los comentarios. Que eso en mis tiempos no se hacía. En mis tiempos la gente hablaba cara a cara. 😉





19 ago 2016

Crecimos con el "Mi marido me pega"

Con las olimpiadas y los titulares que están generando los periódicos este verano, así como algunos comentarios (muy) desafortunados, hay bastante debate en torno a feminismo y formas de expresarnos. La verdad es que en estos días de ebullición me doy cuenta de que vivimos en un mundo machista difícil de cambiar. Básicamente porque no vemos claras ciertas señales que deberían estar muy claras ya. Y no hablo sólo de España, a través de las redes sociales han llegado a mis manos, o, mejor dicho, a mis ojos, titulares de Estados Unidos, Inglaterra o Italia, donde por cierto ha sido sonado el despido del director del periódico deportivo "Il Resto del Carlino" por el titular que dictaba: "Il trio delle cicciottelle sfiora il miracolo olimpico" (El trío de las gorditas roza el milagro olímpico). Tras el revuelo que generó la redacción de este título el autor pidió disculpas, su intención no era la de discrimar. Pero fue demasiado tarde. Su gesto "desde el cariño" le costó el puesto de trabajo.

Coincido con la mayoría de las blogueras a las que leo. Con mis amigas (y amigos) feministas. Queda mucho camino y me indigno tal y como lo hacen ellas. Las cosas están cambiando pero no a velocidad de competición olímpica.

Y reflexiono y me viene a la mente una frase que se decía "en plan broma" entre los hombres de la generación de mis padres, algo que hoy no se toleraría. Algo que los mismos que pronunciaban la frasecita hace 30 años hoy ni se les pasaría por la cabeza. Y es aquella expresión cuando se oía de nuevo en las noticias otro asesinato de una mujer a manos de su pareja. Aquel "Algo habrá hecho".

Mi generación creció en medio de esas expresiones y riéndose con Martes y Trece y su sketch  "mi marido me pega". Hoy se llamaría con todas las letras: APOLOGÍA DE VIOLENCIA DE GÉNERO y no tendría espacio en la televisión. Entonces no sé si a algunos adultos les hacía pensar, a mí como niña me hacía reír y ningún adulto me explicó nunca que no habría debido reír ante algo así, es más, no recuerdo ver a ninguno de ellos molesto por la escena.

Sé que hace poco Millán Salcedo ha pedido disculpas por el sketch. Hoy lo vemos todos muy claro, pero hace un par de décadas no tanto. Ni Millán ni nadie.


TODOS tenemos una responsabilidad de civismo. Vivimos en sociedad y hay que respetar si queremos ser respetados. Pero indudablemente hay personas con mayor repercusión mediática. Y desde luego mientras que las medidas políticas sigan siendo de risa el cambio seguirá siendo demasiado lento.

No quiero esperar dos décadas más para ver cambios. Llamadme impaciente pero los cambios los quiero YA.

Y es que ninguna mujer más debería sufrir maltrato. Sin peros que valgan.

Seguiremos denunciando misoginia, maltrato, machismo, pero esperemos que no sea por mucho tiempo. Espero que cada persona que se equivoque al escribir o al soltar alguna broma se dé cuenta y rectifique inmediatamente. O que alguien se lo haga ver rápido. Que los que ya han visto la luz iluminen a los que aún siguen en la ceguera.




17 ago 2016

A veces el tiempo no sólo no lo cura todo sino que te deja peor.

Perdí al padre de mi hija cuando ella tenía 9 meses. Muerte súbita. Fue exactamente tan doloroso e impactante como suenan esas dos palabras juntas: muerte y súbita. Jamás habría pensado que podría hablar del tema con la naturalidad con la que lo he hecho siempre.

Hay personas que me preguntan cómo he podido seguir adelante. A lo que yo respondo que no sé ni como. Supongo que un día seguía a otro y así el tiempo ha ido avanzando hasta pasar 3 años. Supongo que me tenía que levantar cada mañana. También caía algún que otro despertar nocturno de la mano, o mejor dicho de la boca, de mi peque que buscaba la tetita de su mamá para que le diera cobijo en la oscuridad. Evidentemente esta unión con ella ha sido un gran motor, el gran motor. Aunque no el único.

Conocer a mi pareja actual justo al año del fatídico suceso seguramente también me haya sumado bienestar o restado dolor. Yo también habría pensado que un año era demasiado poco tiempo, pero créedme, cuando tu compañero desaparece de un minuto a otro echas de menos el hombro en el que te apoyabas, la persona a la que le contabas todo y cada día va sumando un poco más de melancolía. Luego llega una nueva persona a tu vida, cuando menos te la esperas, trayéndote luz e ilusión y es como si le diera al interruptor de "simplemente sobrevivir" y todo cambia a "volver a vivir". Fue y es muy bonito lo que hemos montado juntos, a pesar de las dificultades a las que nos hemos enfrentado. Él una hija de 8, yo una de casi 2. Los celos que han ido arrastrando ambas, el cambio de país para volver a Italia de donde, al igual que el padre de mi hija, son ellos, (mi compañero y su hija) y tantos otros cambios y momentos difíciles.

He estado entretenida, digamos que no he parado ni un segundo. Al principio hasta me lamentaba de no haber tenido un duelo como es debido. Por la falta de tiempo, o mejor dicho, de momentos de tranquilidad. Ya han pasado tres años. Cada día pienso en lo que él se pierde, en esa hija preciosa que crece y que no puede disfrutar de su padre. Ni él de ella.

Pero sobre todo pienso en su madre, la de él y en su padre, claro, también. Y me doy cuenta de que en esta película me tocó un papel algo más fácil. Porque primero me acostumbré a estar sin un compañero. Pero al poco volví a "ocupar mi corazón" a "recuperar la sonrisa" como escribiría la prensa rosa. Pero esa madre...Esa madre no volverá a tener a su hijo. Un hijo es insustituible. Lo había oído siempre. Pero ahora soy madre. Y como lo entiendo. Lo entiendo hasta el mismísimo tuétano de mis huesos.

Yo sigo adelante, acordándome mucho, resignada y ocupada con la vida pero hay unos días al año en torno a la fecha que siempre estoy mal, me hago una madeja de emociones que no consigo deshacer. A menudo siento como si el cuchillo clavado en el centro de mi pecho se moviera dejando escapar la sangre que sale a borbotones a la par que las lágrimas de mis ojos. Me decía mi compañero el otro día que a mí me ha pasado lo que crees que le pasa a los demás y nunca a ti. Con 34 años y en pleno puerperio. Es muy fácil escribirlo.

Recuerdo sentir vértigo desde un cuerpo cansado y envejecido de repente.

Pero lo puedo contar.

Cuando nos deja una pareja intentamos no pensar en los buenos momentos que vivimos con él/ella, porque nos destruyen. Intentamos pensar sólo en lo malo. Pero, y una madre que pierde a un hijo ¿en qué debe pensar? Buenos y malos momentos, creo que todos llevan un buen ejército de termitas que imagino te van carcomiendo por dentro hasta hacerte añicos.

Sigo en contacto con ella, hablamos casi todos los días y nos vemos a menudo, no vivimos en la misma ciudad. ¿Cómo lo lleva? Digamos que tira "p'alante" lo más dignamente que puede. Es una mujer muy fuerte. Tiene un carácter increíble. Es admirable, aunque a menudo tiene sus días de no salir de la cama. Comprensible. Para ella su nieta es un chaleco salvavidas que la mantiene a flote y en cierta manera yo también lo soy. En mí ella ha encontrado una, se puede decir, creo, especie de hija, pero que, claro, nunca podrá sustituir a su (nuestro) querido Patrizio que se fue demasiado pronto, cuando acababa de ser padre y de cumplir 40 años.

Así que no, definitivamente el tiempo no siempre lo cura todo. Lo que te hace es resignarte y poco más.


14 ago 2016

No me escondo: Yo tampoco disfruté de mi parto

Ni de mi postparto. Tenía los puntos de una cirugía mayor: la cesárea que me hicieron para extraerme a mi hija...Me dolía y tenía que estar quieta en la cama mientras le daba la teta, así estaba en la gloria. Tumbadas barriga con barriga enamorándonos la una de la otra. Viviendo nuestro idilio.

Es verdad que a veces no me entendía, no lograba descifrarme debajo de aquella montaña (¿rusa?) de hormonas, de esa grandísima responsabilidad que se me vino de repente, de toda la inexperiencia de una madre primeriza, de ese inagotable cansancio que vivía encima de mí.

Recuerdo las compresas gigantes, las bragas de papel como las de la foto de la que habla Carme Chaparro en su artículo "Cosas naturales que nos dan vergüenza" Cuyo enfoque no me ha gustado nada. Coincido con ella en que se hable más, mucho más, de postpartos pero no de esa forma.

En mi opinión no ayuda en nada a cambiar la visión que la gran mayoría tiene de lo que significa dar a luz, esa que nos cuentan las películas: mujeres gritando, litotomías, luces de hospital, médicos que nos dicen como hacer, como si nuestros cuerpos de mujer no hubieran parido durante milenios...Su artículo no hace más que seguir metiéndonos miedo, más miedo aún del que ya teníamos antes, para bloquear aún más nuestro cuerpo.

Su artículo me despierta además mucha curiosidad, de saber cómo fue (han sido) sus partos, sé que es madre, no sé de cuantos niños. Porque detrás de muchas formas de actuar, de muchas formas de opinar están las formas de parir, esas que a menudo anulamos porque (creemos) es mejor para nosotras. No pensar, no sentir, no saber, demasiado. Miedo a indagar a acceder a la información. A entrar en nuestro cuerpo para saber como nos sentimos realmente.

Así que Carme, si quieres y con todo el cariño, de verdad, hablamos de puerperios, de violencia obstétrica, de hormonas, de emociones, de sentimientos, de postpartos, de lo normal y lo natural y de todo lo que tú quieras, me gustaría mucho compartir una conversación de mujer a mujer contigo. Una conversación directa de corazón a corazón. Descubrir tus miedos. Porque el origen de ese artículo no es más que el miedo. Hablarte de los míos. Y transformar ese miedo en amor. El que hace que no nos extingamos, el que hace poblar continuamente el planeta a pesar del empapador "de la vergüenza".

Estaré encantada de hablar de todo esto con cualquier mujer. Es mi tema favorito. Así que la que quiera, aquí me tiene.




8 ago 2016

Si es que somos muy malas

El texto "9 Non-Threatening Leadership Strategies for women" , rebautizado por mí como "Treat them gently, you bossy bitches!" cae en mis manos en una semana en la que le he tenido que poner las cosas claras a un vecino, por cierto médico, que no pediatra, (aunque tampoco me habría frenado, ya me conocéis). Le he parado los pies porque ya me tenía un poco harta de que se metiera en mi vida.

El buen señor, al que, por cierto, conocemos desde hace menos de dos meses, es decir, el tiempo que lleva viviendo aquí, resulta que cada vez que me veía (nótese el tiempo pasado) a mí con mi hija de tres años me daba un consejo (a veces incluso dos) no pedido, de gratis, lo que viene siendo por toda la cara, vamos. Y es que, claro, será que él tiene dos niñas de 8 y 11 años, es médico, es hombre y yo una simple mujer. Es evidente, tenía que guiarme cuan pastor que guía ovejas descarriadas hacia el rebaño. Hasta que el sábado pasado me hinchó las narices y le dije que no se metiera más en mi familia, que él no era nadie en mi vida como para darse ciertas licencias. Tendríais que haber visto como se volvió a meter en su casa con cara de ofendido y sin decirme ni media palabra. Fue un gesto torpe, impropio de una autoridad de bata blanca, más bien parecía un niño que corre para esconderse en las faldas de su mamá. Yo sé que muchas mujeres que me están leyendo reconocen situaciones similares. De verdad que es una pasada lo que tenemos que soportar, por no ser hombres. Muy a menudo nos tratan como a niñas, con un paternalismo nauseabundo que a mí personalmente me ha puesto siempre muy enferma.

Lo peor de todo es que cuando les haces notar que se están pasando 1) No te piden perdón (que tampoco es lo que una busca, a estas alturas del camino con que nos dejen en paz nos basta, ¿verdad?) y 2) Los ofendidos son ellos y nosotras somos las que nos quedamos con la cara a cuadros pensando que somos las malas de la película también en esta ocasión. Ya estamos comprometiendo nuestra condición de niñas buenas, buenas chicas, buenas mujeres tal y como nos quiere la sociedad. De verdad que una tiene que atravesar muchos estratos de sí misma para reunir las hagallas de pararle los pies a la gente y quedar como la antipática de la historia.

El reto es ése, librarnos de nuestras propias etiquetas, de las que nuestra familia, el colegio, la maestra de ballet, la de inglés, las amigas, nuestra vida, nosotras mismas hemos/han ido poniéndonos. Quizás cambiar simpática por antipática consiga quitarnos muchas presiones. Y es que hay días que una simplemente no tiene "el chocho pa farolillos". Así que repite conmigo, hasta trece veces (el número es importante) delante del espejo, si quieres, claro está:


"No soy simpática, soy antipática.Y no pasa nada."





31 jul 2016

Y es que no nos damos cuenta

"Estimado" Arturito:

A ver, te explico, lo de estimado va en entrecomillado porque a un misógino que en nada estima a las mujeres no lo estimo yo tampoco. El diminutivo de tu nombre de pila es porque he decidido hablarle al Pérez Reverte niño, sí, ese que, asustado, imberbe, tiembla en un rincón del mundo. Porque si no es así no me explico ciertas maneras de pensar y de actuar.

Quizás te pasa lo que le pasa a muchos hombres, que no te das cuenta. Venga vale, incluyo el género, o el sexo, como tú prefieras, femenino, no nos damos cuenta. Ni se daban cuenta las señoras de tu familia ni las de la mía, ni Grace Kelly, ni tantas otras mujeres que a pesar de no caminar rectas con tacones de aguja siguen criticando a sus hermanas. Nos venció el sistema, ya ves, ese que usa todos sus trucos para dividirnos, porque sabe que unidas seríamos demasiado potentes.

Mujeres y señoras, ya me queda clara la diferencia, gracias por tanta iluminación. Pero tranquilo que te corroboro que no eres tú sólo, que si la sociedad no se lanza a la toma de la Bastilla después de la publicación de un libro con 75 consejos imbéciles para seguir haciéndole juego al sistema, es que es eso, que no estás, para nada, solo, "querido".

Y es que a lo mejor no te das cuenta, pero eres un antiguo que hace apología de violencia de género.

Porque muchos hombres lo que hacen, sin darse cuenta y desde el cariño, siempre desde ahí, ¿eh?, es quitarnos seguridad para luego salvarnos. Esa parece la actitud de conquista pasada de generación en generación por todos los inseguros y acomplejados que han poblado este planeta. Y hablando de población y de planeta me doy cuenta de que la naturaleza no es tan perfecta, que yo pensaba que los dinosaurios no habían vivido con los hombres (y mujeres, y señoras) y mira tú por donde, me equivocaba.

Y es que no se dan cuenta algunos hombres pero mientras se sigan comportando como lo hacen, las mujeres, aquí no va señora por ningún lado, no podremos ser nosotras mismas, seguiremos sin poder encontrarnos. Seguiremos arriesgando nuestras vidas al salir a la calle porque lo "mínimo" que nos podrá pasar es que los hombres que se cruzan con nosotras por las aceras nos cosifiquen a nivel de lenguaje y de mirada. ¡Toma ya!¡Casi nada!

Felicidades, porque tú si eres un caballero de los de antes por eso buscas a una señora como las de antes. Perdona pero las mujeres estamos luchando mucho para liberarnos de dinosaurios como tú y tu amigo Javi. Que si al menos estuvierais buenos, bip, bip, bip, bip...Pero que va, chicos, nada que rascar...

¡Ah, no verdad! ¡Perdón, perdón! Que se me olvidaba que sois intelectuales, escritores de renombre, no hace falta que estéis buenos (ni que lo seáis) ese es el papel que nos corresponde a nosotras. Ser y estar, me hago cargo.

Te has preguntado alguna vez ¿Por qué le tienes tanto miedo a las mujeres? ¿Se lo has preguntado a tu amigo Javi? ¿O sois demasiado machotes para hablar de temas demasiado profundos y que pueden haceros pupa?

Para finalizar te quería decir que si no existen mujeres como las de antes es porque antes era antes y ahora es ahora, que tú sabes, hasta las modas evolucionan. ¿Ves? En el S. XVIII no había tacones de aguja ¿O será que es que aún no existían las señoras? No es una pregunta retórica. Si puedes, ya sabes, ¡contéstame!

Firma una feminazi a la que le faltan pocos años para cumplir los 40 y por cierto que está deseando que llegue ese momento. Porque cada año que pasa me conquisto más a mí misma y esa es con diferencia la mayor victoria que una mujer puede tener. Por eso para las mujeres, que no señoras, es mejor cumplir años. Porque el tiempo nos va haciendo cada vez más libres (¿salvajes?). Y menos prisoneras de tipos como tú y tu amigote Javi.

Ala, ¡a estar bien!

PD: Ya sé que tu texto es de 2007, pero ha caído en mis manos ahora y las náuseas me las ha provocado ahora.

Foto de aquí


21 jul 2016

¿Por qué lo llaman buena educación cuando quieren decir sumisión?

La buena educación está sobrevalorada. O por lo menos confundida. Ya sabes. Llevas toda la vida escuchando que hay que ser educado. Que hay que tener modales. Y ahora que por fin eres grande e incluso madre/padre y tienes en tus manos la responsabilidad de criar uno o varios chiquillos te planteas si realmente algunos modales son necesarios e incluso si hacen o no daño físico o mental, que por si no lo sabías es lo mismo.

¿No te has parado nunca a pensar por qué a veces estar bien con los demás pasa por estar mal contigo mismo? 

La eterna culpa. El eterno pensar en complacer hacia afuera. Ya sin entrar en el famoso "que dirán" que tanto mal nos hace y del que cualquier adulto que se precie en algún momento de su vida ha querido librarse, aunque sea en breves momentos de lucidez.

A continuación algunos ejemplos de acciones que hacemos por los demás:

Dar besos a desconocidos.

Dar dos besos a desconocidos que me presentan por la calle y que sé certeramente que no volveré a ver más ha sido siempre una cosa que me ha molestado enormemente. Me invade la burbuja proxémica, es decir, el espacio vital que cada uno de nosotros necesita para sentirse cómodo y eso que soy del sur. No, porque como sabrás, el espacio vital aumenta conforme se va al norte, o eso dicen los expertos. Por eso no obligo nunca a mi hija a dar besos ni a desconocidos ni a conocidos. Por eso y porque quiero que ella tenga el control de su cuerpo.

Porque el control de nuestros propios cuerpos es algo muy importante que nadie más debería de tener aparte de nosotros mismos.

Ir al baño. Comer entre horas.

A veces no vamos al baño inmediatamente y aguantamos un buen rato porque nos han enseñado a pedir permiso para hacerlo y una parte de nosotros se avergüenza de ir al baño sin más, es decir sin pedir permiso, hasta que cae en la cuenta de que es adulto y que puede ir sin necesidad de que alguien de fuera se lo permita, pequeños momentos de empoderamiento que los llamo yo. En el colegio, ¿Te acuerdas? Cuando tenías que levantar la mano y la maestra te decía "¿Otra vez?" Lo mejor era aguantar hasta la hora del recreo, como para beber agua o para picar algo.

Picar algo entre horas, algo que también ha estado siempre muy mal visto, pero no en todas partes. El otro día hablaba con dos amigas de las clases en la Universidad en Alemania, cuando estuve de Erasmus. De como los alumnos al llegar y sentarse sacan sus tentempies y sus botellas de agua de a litros e incluso a menudo con gas y las ponen encima de la mesa sin mayor reparo. Pero ¿Cómo? ¿Estos estudiantes no comen y beben a escondidas como los españoles? Pensaba yo.

Pedir disculpas por todo.

O decir por favor sin parar. O dar las gracias excesivamente. Esa soy yo. Aunque tengo amigas peores. Pero ahora que me analizo me doy cuenta de que digo mucho por favor, gracias, perdón.

Y veo que mi hija las pronuncia también mucho. En este caso compruebo aquella frase que dice que se enseña más con ejemplo que con opiniones. Absolutamente de acuerdo.

Realmente no soy una madre de las que están frecuentemente apuntando para que su retoño diga siempre "por favor, perdón, gracias". Precisamente porque no quiero que se tenga que ganar el espacio vital que ocupa. Porque sí, me parece sumiso pronunciar estas palabras excesivamente.

No te quiero decir que no le enseñes modales a tus hijos, en definitiva a vivir en sociedad pero sí de analizar si realmente vale la pena bombardearlos de reglas y normas. Y tirando del hilo quizás te des cuenta de cuantas cosas hacemos por obligación o por imposición de la sociedad, de las modas o, peor aún, de la publicidad. A fin de cuentas la sociedad está constituida por individuos y la suma de las acciones de estos individuos pueden cambiarla.

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19 jul 2016

El castigo no es la única forma

Desde que soy madre pienso mucho en este argumento. Esta forma de criar. Lo creamos o no, hay muchas formas de castigar: Gritos, agresiones físicas, desprecios, burlas, ignorar el llanto o las llamadas, cualquier tipo de llamada, privar de hacer alguna actividad, la silla de pensar, etcétera...Es una respuesta negativa, normalmente del adulto al niño, aunque también se den de un adulto a otro, a una acción que nos disgusta. En un mundo ideal los castigos no existirían, usaríamos una forma más amorosa de educar, de guiar a nuestros hijos, de relacionarnos. Pero lo tenemos tan integrado en nuestro proceder cotidiano que a veces ni siquiera lo identificamos. Frecuentemente reaccionamos a algo que nos molesta queriendo corregirlo inmediatamente. A menudo a sangre caliente, nos secuestra la amígdala y dejamos de razonar. Para imponer lo que desde la razón nos impusieron a nosotros. Las normas de comportamiento. Las que a veces tanto nos alejan de nuestra naturaleza. Las que nos hacen negar las necesidades básicas de nuestro cuerpo.

Cada generación de padres da pasos hacia adelante, hacia la igualdad, o mejor aún, hacia la justicia, de todos los seres humanos. Y hoy con toda la infomación que tenemos sabemos que hay comportamientos que mejor deberíamos evitar. Muchos hemos interiorizado mentalmente lo incorrecto, sabemos como comportarnos, lo malo es que la otra forma de tratarnos está grabada a fuego en nuestro cerebro límbico, así que reaccionamos a veces exageradamente. Y poner en práctica este conocimiento nos cuesta realmente mucho. Sobre todo cuando estamos preocupados por otros asuntos o directamente: muy cansados. Ahí a veces es difícil no soltar un grito cuando nuestro querido retoño "la lía parda".

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Para una madre o un padre conscientes no hace falta explicar que cierta forma de hablar o cierta forma de operar no son correctas, que no son respetuosas, puesto que ya lo saben. El problema viene cuando la teoría la dominamos pero en la práctica patinamos. Porque somos conscientes de que hacemos sufrir a nuestros hijos pero nos cuesta mucho cambiarlo, así que sufrimos también nosotros por hacerles sufrir a ellos. Yo creo que cuanto más se retrocede en el tiempo, en nuestros antepasados, más fácil sería ser padre, porque todos estos problemas no se los planteaban. Te crío así porque es la forma que entiendo, la que he interiorizado, es lo correcto y no me planteo más, lo que la psicoterapeuta Alice Miller llamó "Pedagogía Negra". Imagino que hemos ido dando pequeños pasos hasta llegar donde estamos ahora. Nunca antes se había visto tan clara la luz, evidentemente. Y, seguramente, nuestros hijos verán cosas que nosotros ahora no vemos.

Una diferencia clara, al menos teóricamente, frente a ayer es que ya no hacemos responsables a nuestros hijos de nuestras reacciones. Porque sabemos que nosotros somos los únicos responsables de ellas. Y ellos sólo de sus acciones. Que yo, por ejemplo, me enfade porque mi hijo salte en un charco es una cosa mía. Me enfado yo, algo dentro de mí se altera y la consecuencia es que se lo hago pagar a mi hijo. A veces nos falta la capacidad de análisis: ¿Por qué me enerva tanto que salte en los charcos? ¿que juegue con la comida? ¿que salte en el sofá? Aquí entra a colación el tema de los límites. Hay límites por seguridad, y estos son los básicos, vienen de forma natural. Hay límites sociales, de respeto al prójimo. Hay límites de higiene y límites que decide cada familia. Lo realmente artístico es exponerlos y no imponerlos a la mentalidad infantil.  Además, en estos casos habríamos de hacernos la siguiente pregunta: "¿qué llevo yo en mi mochila personal que me hace reaccionar de esta forma?" Y si somos valientes entraremos en el océano interior que nos espera.

Los castigos nacen del miedo.

En todo este reflexionar sobre el tema el otro día se me ocurrió leer acerca del castigo divino. El pecado original. Así que Biblia en mano volví a leer el Génesis.

Adán, que por cierto esta noche he aprendido que quiere decir hombre en hebreo, Eva, la manzana, la serpiente y un Dios muy enfadado. Lo releí hace algunos días y creo que esta noche la masa gris de mi cerebro ha dado con la respuesta a esta pregunta: "¿Por qué Dios se enfadó tanto por una maldita manzana?"

Sé lo que me vais a decir, que es que lo había prohibido. Entonces yo os contesto con otra pregunta: "¿Por qué lo prohibió?" Vale que la manzana es un símbolo, hay quien afirma que engloba el sexo, hay quien dice que es el conocimiento. Y yo respondo: "¿Y? ¿Tan malo es el sexo?¿Tan malo el conocimiento? ¿O a alguien le conviene tener el control sobre estos dos temas tan interesantes?"
Sin entrar en términos demasiado teológicos, que no me quiero meter en berenjenales, pero tú y yo sabemos que la Biblia fue escrita por hombres, con certeza del género masculino, hombres propiamente dicho. Como toda la historia. O eso dicen.

El problema es que repetimos hasta la saciedad esta forma de relacionarnos. Castigamos cuando algo no nos gusta. Es la respuesta aprendida más extendida para resolver cualquier conflicto.

A la conclusión que he llegado es que Dios en realidad no se enfadó. Es el poder de un hombre, o mejor, de un grupo de hombres para dominar a otros. De nuevo usando el miedo. La herramienta milenaria para el control. Y lo que hizo moverlos a esta decisión es su propio miedo. Si yo estoy muerto de miedo porque tú me vayas a usurpar el poder, o mi casa o que sé yo, respondo con miedo y te estoy limitando, te estoy controlando. Y de ahí toda una forma de relacionarnos, de actuar que nos ha llevado al día de hoy.

La teoría la domino, es fácil llegar a la conclusión de que toda persona tiene dignidad. De que todos merecemos respeto tengamos la edad que tengamos. De razas ya no hablamos hace tiempo, creo que hay pocas personas en el mundo que no incluyen a todos los seres humanos en una única raza: "la humana". O al menos quiero pensar bien. O mejor dicho: quiero ahorrarme sufrimiento. Estamos llegando cada vez más a respetar a la naturaleza, aunque aún quede camino. Mi tema principal son los niños. Y mi intención más decidida la de incluirlos de verdad en la sociedad. Sé que queda mucho camino. Y que incluso el que recorro yo personalmente, el de madre en particular, no es fácil. Pero seguimos aprendiendo y esforzándonos por mejorar minuto a minuto, hora a hora, día a día.

Lucas Cranach El Viejo: "El paraíso"

13 jul 2016

Reclutando hombres feministas.

Hay quien soporta más y mejor. Hay quien se revela. Todos tenemos nuestra propia personalidad.
Así, a ti y a mí nos puede ocurrir lo mismo pero nuestra forma de reaccionar puede ser distinta, porque distintos somos. A ti te pueden suceder cosas que no catalogas como negativas, como maltrato (aunque en realidad algo dentro de ti sabe que lo son) y yo sí, o viceversa.

La frase mantra "No importa lo que te pase en la vida, tu eliges la reacción" me lleva acompañando algunos años y reconozco que da luz en momentos de mucha oscuridad.

Pero hay hechos que dejan huella de por vida y hechos que directamente te destrozan la vida, si le pasan a cualquiera. Y seguramente, que te violen cinco hombres pertenece a esta última clase de cosas, las que te destrozan la vida. Las que te transforman para siempre.

San Fermín en los últimos años se ha convertido en la apología de la barbarie.

Soy española pero he vivido casi un tercio de mi vida fuera de las fronteras del país que me vio nacer y crecer. Y he visto a europeos hacer cosas aquí que en sus países no hacen. El balconing por ejemplo.

España para muchos es el país de la tolerancia y el de, sí, porque no, el libertinaje.

Y San Fermín parece haberse convertido en el cheque en blanco para hacer todo lo que uno desea. Las salvajadas mas impensables, a coste 0, con ninguna consecuencia. Incluso para los españoles. De hecho, los cinco violadores de la noche del 7 de julio son, precisamente, españoles.

Alcoholismo extremo. Drogas a destajo y de todos los colores. Maltrato animal y violencia de género a niveles colectivos y atroces.

Leer a Mónica Felipe ayer me dejó hecha polvo pero peor me quedé cuando una amiga me escribió que conocía a dos de los violadores. Y que nunca se habría esperado una cosa así de ellos.

Eso me revolvió aún más, porque entonces la cabeza empieza a pensar. Pero las tripas también: Lo que me dice mi amiga ¿anularía lo que escribe Mónica? ¿Es Mónica demasiado inocente? ¿Lo somos yo y mi amiga también? Mónica escribió: "He salido de juerga en mi juventud, he tenido muchos amigos y pongo la mano en el fuego porque ninguno de ellos podría participar en una violación. Sencillamente no entraba en sus esquemas mentales por muy borrachos que estuvieran. No era posible."

¿Entonces si se trata de cinco chicos normales de familias honradas, quiere decir que cualquiera podría hacerlo? Perdón pero todo esto me provoca asco infinito. Una mezcla de dolor y vacío increíbles. Y miedo. Por mi descendencia, por mí, por mis amigas. Por todas las mujeres que pueblan esta tierra. Por todas las que vendrán. Porque una piensa que puede evitar ciertas situaciones pero parece que para eso lo único válido es vivir a escondidas. Y seguramente ni siquiera así evitemos ciertos sucesos.

Hace más de quinientos años que dejamos la Edad Media y parece que poco se ha cambiado.

Y perdón, pero aquí no hay compasión que valga. Hacia esos "hombres" por llamarlos de alguna manera, parece ser que es más acertado después de todo esa nomenclatura, porque los animales no hacen este tipo de atrocidades.

Y perdón pero por muy zen que se pretenda ser en estos casos una sólo querría transformarse en heroína femenina de película de Tarantino y armarse de una catana para hacer justicia con la ley del Talión como bandera, porque para todo hay un límite pero disculpen las molestias pero nos están matando, y de formas variadas.



Como dice el ex director del Instituto Nacional de la Salud y el Desarrollo Infantiles de Estados Unidos, James Prescott: "El Homo sapiens es el primate más violento del planeta contra la hembra de su misma especie y contra sus propias crías". Para los que aún piensan en las denuncias falsas por violencia de género. Señoras, señores, la violencia de género es más fuerte de lo que nos creíamos y está pasando AHORA.

Por todo esto cada día soy más feminista y cada día soy menos tolerante con situaciones que no se deben de tolerar. Le tengo dicho a mi compañero que los hombres no se pueden permitir ya ni una broma sexista más, ni una. Y diréis que soy una exagerada. Pero es que todo está muy relacionado. Y el surco es profundo, muy profundo y muy sutil pero hay que entrar en él y mirar la realidad a los ojos y afrontarla y quererla cambiar. Para ayer. Que vamos bien tarde.

Y volviendo a la razón, sé que no todos los hombres serían capaces de cometer una atrocidad semejante. Sé que la mayoría de los hombres que conozco y con los que me cruzo a diario jamás serían capaces de hacer algo así. Pero de verdad que da miedo la que está cayendo. Yo me comprometo a ponerme las pilas, como escribe Mónica, es más, las tengo puestas hace mucho y, como ella, te invito a activarte y a unirte a la causa justa. A abrir los ojos y motivarte, a salir de la desidia absoluta. A cambiar el mundo. A hacer historia. A actuar.



4 jul 2016

Normal o natural

Siempre he pensado que lo normal es perder la dignidad al dar a luz en el hospital. Médicos, enfermeras, celadores y personal sanitario en general que te ven medio desnuda, sudando, gritando, viviendo tus contracciones, participando de tus miedos y, lo que es peor, alimentándolos, aumentándolos.

Bueno, normal es, que me he expresado mal. Lo que no es natural. Pero lo parece.
Lo parece porque de toda la vida, al menos la mía, es lo que el cine, sobre todo el americano, nos ha enseñado.

La gente habla mucho de partos, hombres, mujeres, y siempre son las mismas historias. Tristemente.

Aunque a veces hay alumbramientos fabulosos.

Nace la criatura, lo natural es dar el pecho. Y lo normal también suele ser eso.

Crece la criatura.

Que haya estudios antropológicos que demuestren que el destete natural de un cachorro humano se produce en algún momento entre los dos años y medio y los siete no nos basta para ver con ojos extraños a niños que son lactados más allá de los 3 meses. De los 6. Del año. Según el ojo que los vea.

Decimos que no es natural, puede no ser lo normal pero sí es lo natural.

Que nuestro retoño no duerma en su cama los tres primeros años de vida o incluso algunos años después puede no ser normal, tú y yo sabemos que lo es, que es normal y además, y por supuesto, natural. No hay más que ver como duermen los felinos o los primates, amontonados o pegados los unos a los otros, para entender que nuestro hijo llore cuando nos alejamos. Es su instinto. Es natural.

Natural, normal. Normal, natural.

Y así el lenguaje y nuestra forma de elegirlo no nos ayuda a conectar con nuestra naturaleza, con nuestras necesidades básicas de animales mamíferos.

Desde que soy madre cada vez tengo más conciencia de como hablo, pienso cada frase que digo antes de pronunciarla, o al menos lo intento, en general, porque sé el poder que tiene el pensamiento en nuestro cuerpo, la huella que nos deja. El pensamiento se construye con palabras, así que decir las correctas, hablar con propiedad, llamando a las cosas por su nombre es la base para no construir paradigmas falsos, creencias erróneas que a mí me ha costado y me sigue costando derribar.

Soy filóloga. Cada vez más. En el sentido más etimológico y estricto de la palabra. Ósea que un día acabé la universidad y me dieron este título. Pero es ahora, trece años después, que siento que empiezo a hablar correctamente. Que soy cada vez más amiga de la palabra. Y una de las cosas que empiezo a hacer bien es diferenciar normal de natural.

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25 jun 2016

Todo listo. La bolsa preparada para el parto.

Si es que no aprendo.

De nuevo he vuelto a abrir el hola. Esta vez con la esperanza de ver corregida la noticia sobre la estadía de Pilar Rubio en Francia. Deseando encontrarme el error arreglado, algo así no habría estado mal: "Lamentamos el desacierto cuando ayer dijimos que Pilar Rubio se había instalado en Francia con su hijo mayor, en realidad queríamos decir con sus dos hijos. Perdonen las molestias. Ya hemos degradado al becario que escribió la noticia y que, desde esta misma mañana, se ocupa exclusivamente de preparar el café en la redacción." Pero no, no he encontrado nada parecido. Seguía la misma noticia mustia que me provocó la entrada de ayer. Y he pasado de largo, no he querido volver a abrirla.

Sin embargo, y para añadir mayor malestar a lo leído ayer, he visto una noticia nueva. Otra vez la compañera de un futbolista, en este caso Malena Costa, que está embarazada y a punto de parir. De hecho la noticia decía que ya estaba todo listo para el parto. Hablaba de lo que llevaba en la bolsa que había preparado para el hospital y citaba el nombre del médico, no partera, no comadre, médico, que la atendería, al parecer el mismo que atendió a la reina Letizia en sus dos alumbramientos. Y ahí se me ha cogido un pellizco en la boca del estómago y he sentido un poco de compasión por esa mujer que salía monísima en todas las fotos de la revista tocándose la barriga. La que fuera doña Letizia tuvo dos cesáreas en la Clínica Ruber de Madrid, capitana nacional en número de cesáreas.

Quiero compartir este trozo de noticia que he encontrado en la edición de Hola de 2007 tras el nacimiento de la benjamina de los reyes, la infanta Sofía:

"Aunque todo apuntaba a que sería una segunda cesárea, doña Letizia no quiso darse por vencida hasta el último momento para lo que se había vuelto a preparar a fondo: un parto natural. Finalmente no pudo ser y, ahora, lo más importante es que tanto la madre como la hija se encuentran muy bien.
Como en su anterior alumbramiento, la Princesa de Asturias afrontará positivamente la cirugía abdominal sobrellevando como tantas otras mujeres en su lugar las emociones contradictorias que puede dejar tras de sí una cesárea: de la alegría de haber sido madre, a la tristeza de no haber podido dar a luz en el sentido bíblico.
Doña Letizia sabe que la importancia de convertirse en madre no depende del modo en el que un bebé llega al mundo sino del vínculo que se establece desde el mismo momento del nacimiento entre la madre y en este caso, su segunda hija, Sofía. Una nueva Infanta a la que amamantará molestando lo menos posible a las enfermeras quienes respetarán sus deseos de no llevársela al nido para dejarla cerca de ella, en su cuna, como sucedió con Leonor."


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Podría ponerme muy pesada, como hago siempre, y analizar cada palabra de este texto. Pero diré simplemente que me alegro de que en su día la reina actual haya tenido esperanza en un parto natural. Me alegra sentir que la persona que en su día escribió esta noticia no dude que sea mejor tener un parto natural que una cesárea. Y ya de carrerilla diría que la última frase no me gusta tanto, por lo que refleja sobre nuestra sociedad. ¿Llevársela al nido? ¿Perdón? Menos mal que era la futura (presente) reina de España y al menos podía elegir esto. Pobres de las que no somos tan vip. Me consta que en España los nidos se usan cada vez menos, pero a mí la palabra me desagrada mucho , porque en Italia, donde nació mi hija, está, por desgracia, muy normalizado aún. 


Después de recuperar esta noticia he estado leyendo algunos comentarios de un hilo del foro de "en femenino" de poco después del parto donde una mujer preguntaba por qué doña Letizia había tenido dos partos por cesárea. En las respuestas se lee de todo. Corría el 2007 y parece que hace 9 años este tema levantaba las mismas pasiones que levanta ahora. Hace 9 años yo no tenía ni idea de que iba todo esto y no me planteaba que una cesárea fuera más o menos peligroso que un parto vaginal. Pero con lo que sé hoy, con la experiencia de huella indeleble en mi piel y en mis entrañas no puedo evitar que ciertas opiniones me muevan algo dentro. Las que justifican a los médicos por practicar tantas "innecesáreas" diciendo que es que la reina es excesivamente delgada, de nuevo el físico, y las que no son excesivamente delgadas ¿tienen mas partos vaginales? Tendré que buscar estadísticas. Que no dilataba bien, que era una cesárea programada por ella, etcétera. No debe ser fácil ser un personaje de prensa rosa y encontrarte con todos estos comentarios, por mucho que tengas el enorme privilegio de tener a tu hijo contigo en la habitación después de haberlo parido...

Y a mí se me parte el alma, porque Milena me recuerda tanto a mí, cuando estaba embarazada, me recuerda a mí en lo cándida, en lo organizado de la bolsa, como si lo más importante para un recién nacido tuviera que estar ahí dentro. Me recordaba a mí en la fe que tenía en mi ginecóloga, no partera, no comadre, médico.

Espero y deseo de corazón que Malena Costa tenga el parto que ella sueña, sobre todo, que cuando eche la vista atrás, después de haber leído y conectado con su propia esencia y la de su hija, esté lo más satisfecha posible con sus decisiones y con la actuación del personal sanitario que la atendió.

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23 jun 2016

Llévatelo. Tú que puedes, abre puertas.

Lo confieso. A veces y para aligerar mi jornada, la carga del peso del mundo sobre mis hombros, busco evasión. Vaciar mi mente. Escape. Y abro el "Hola" desde el móvil. Sí, ésa, la revista del corazón. Y es que no aprendo porque al final siempre acabo más cargada que antes.

La última noticia que he leído y me ha dejado con mal cuerpo ha sido la de que Pilar Rubio se ha instalado en Francia para estar más cerca de su amado, Sergio Ramos, que está jugando la Eurocopa estos días. Y es que están muy enamorados. Hasta ahí bien. Me parece perfecto y muy romántico, pero sigo leyendo. Y leo que se ha instalado en Francia con su hijo mayor. ¡Y qué bonito!¡Qué idílico! De verdad, pero, ¡espera!  que tiene otro. Que tienen otro. Más pequeño. La noticia no especifica donde está el pequeño. Y no me importa. Lo que me alarma es que no está allí con ellos. Con ella. Con su madre. Y entonces es cuando se me parte el alma pensando que esa criatura está lejos del calor de su madre, lejos de sus besos, lejos de su olor. Con la falta que nos hace la mami, sobre todo cuando somos pequeños.

Y entonces me acuerdo del último mundial de fútbol, en el que Sara Carbonero se fue a Brasil a trabajar sin su hijo, porque era demasiado peligroso llevárselo. Era demasiado peligroso llevarse a su hijo de 5 meses al país donde ella estaba. Una pena que el bebé seguramente se habrá sentido en peligro de todos modos por no tener el cuerpo de su madre, que de un momento a otro ya no estaba cerca. ¿Os confieso una cosa? Bueno, mejor dos: Me alegré mucho que elimanaran rapidito a España del mundial. Me alegré por ese niño que estaba lejos de su hábitat natural, es decir, del cuerpo de su madre, como dice Nils Bergman. Pero la segunda cosa que os quiero confesar es que en el fondo siempre creí, o quise creer, que el hijo de Sara e Iker en realidad sí estuvo allí. Que sólo dijeron que no lo llevaban para protegerlo, pero sí estuvo allí, en Brasil, y habría ido al fin del mundo, ese bebé, con tal de estar con su madre. La persona que más necesita en el mundo. La persona que era una con él. Porque todos sabemos, o al menos deberíamos saber, que los primeros meses de vida el niño no se reconoce como individuo, solo, sin su madre. Otra cosa es que se tenga que acostumbrar, por narices, no porque sea bueno, que todos los niños lo son, ¡angelitos!

Se me parte el alma cada vez que leo estas noticias. Me parece estupendo que quieras seguir siendo mujer, de todos modos lo sigues siendo, pero conecta con tu hijo, conecta contigo misma. Descífrate y siente tu instinto y llévate a tu hijo al fin del mundo. Porque un bebé de pocos meses no sabrá manifestar su pena, su desacuerdo cuando su madre se aleja, pero te aseguro que la necesita. Te aseguro que te necesita

Hazme un favor, madre famosa, a mí y a todas las madres del mundo. Llévate a tu bebé a todos los sitios que puedas. Hazte fotos con él aunque luego él salga borroso. Hazle ese favor a tu niño y a todos los niños del mundo. Si puedes y lo crees conveniente, claro está. Que nos parece estupendo que estés tan enamorada de tu pareja, pero te puedo asegurar que esa criatura lo está aún más de ti. Y que ciertos momentos no volverán.




14 jun 2016

La violencia obstétrica es violencia de género

Cada vez que oigo a una mujer contando su parto instrumentalizado siento una punzada en el corazón.

El 90 % de las mujeres del mundo sufrimos violencia obstétrica, sólo que algunas no lo saben. Se enteran después. Nos enteramos después. O quizás ni eso.

Cada vez que escucho que a una mujer le robaron el parto me duele la cicatriz de mi cesárea, de la mía y la de mi hija, porque ella salió de esa raja, de esa herida, que fue en mi piel. En mi útero. En su alma.

Cada vez que escucho a una mujer ya consciente de que no tuvo el parto que ella quería, pero que se conformó, que se convenció, que la convencieron, me salen moratones en los brazos. Ahí donde me apretaban las gasas que me ataban para no interrumpir el acto.  Para no interrumpirles a ellos, los médicos, mientras hacian todo su trabajo. Mientras me robaban mi parto. Mientras nos robaban nuestro parto, a mí y a mi hija.

Cada vez que escucho a una mujer que ha tenido un parto tranquilo, en casa, a su ritmo y al de su cría, sale el sol en mi corazón. Me alberga la esperanza y una lágrima cruza mi mirada, como el hielo al derretirse.




Otras entradas sobre violencia obstétrica:

Brazos en cruz

Antes y después de violencia obstétrica

Il passato sarà il futuro. El pasado sera el futuro


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26 may 2016

Cada uno lo hace lo mejor que puede

Mi amigo Dani en respuesta a mi post de "rosas y espinas en mi jardín" me envió un link de un artículo de The Guardian cuyo título era algo así como que preocuparse por ser una madre perfecta hace más difícil ser una buena madre. Èl no ha sido el único empeñado en darme ánimos y "palmadas virtuales en la espalda" también otras amigas, de entre la que destaca mi querida Teresa la cual me envió la frase mantra de la foto de esta entrada. Por ello gracias chicas (la mayoría han sido de sexo femenino pero te incluyo, Dani). Sois unos soles.

A estas alturas del corto pero intenso camino que llevo como mamá sé que soy limitada. Que nunca seré una madre perfecta, una mujer perfecta. Una persona perfecta. Pero eso no me impide desear mejorar.

Tranquilos que ya dejé de competir en las olimpiadas de las mejores madres.

Pero eso no me impide admitir mis errores. Hay cosas que hay que explicar a los hijos. Porque me parece importante que tu hijo sepa que hay  comportamientos que él no debe aceptar. Que hay ciertos comportamientos que él no merece. Es importante para su autoestima. Como es importante también que sepa que su madre no es perfecta. Que es humana. Que se equivoca.

Es importante hablarlo. Ponerle palabras a todo lo que siente y a todo lo que pasa. Pero desde una visión objetiva. No subjetiva: "Yo me he comportado así porque tú te has portado mal antes". Un niño no se porta ni bien ni mal, se porta como niño que es. Y como niño que es hay que corregirlo y guiarlo, dentro de nuestra torpeza, de nuestras virtudes, nuestros defectos, nuestros días buenos y nuestros días malos. Hablar. Ponerle palabras. No para justificar nuestro comportamiento. Pero sí para que el recuerdo no se pierda en algún compartimento secreto de su mente. Para que no quede almacenado sin ser revisado. Mal colocado. En desorden. Perdido. Para que se almacene ordenadamente. Con la etiqueta correcta.

Y no niego que a veces una no pueda hacer mejor las cosas por como se esté dando todo lo que rodea la escena con tu hijo. Es decir, trabajo, situación económica, situación familiar, momento emocional, cansancio o hambre, de ambos, las necesidades del cuerpo es muy importante que estén cubiertas. En fin, la pirámide de Maslow.

A ser madre nos enseñan nuestros hijos, es un trabajo que se hace a diario y en conjunto y como dice una de mis "hermaestras" favorita "cada uno hace lo que puede dentro de sus posibilidades".

Os dejo el enlace de la entrada que inspiró la de hoy:


Rosas y espinas en mi jardín